Apunte un hecho que debemos celebrar: San Francisco de Macorís, que eleva sus mártires como orgulloso blasón, se lanzó a huelga general, no contra los apagones, la falta de agua o la carestía de la vida, sino ¡contra la corrupción!, exigiendo, con extrema ira, que sean sometidos a la justicia los funcionarios que malversaron, con todo tipo de prácticas dolosas, más de 200 millones de pesos de fondos municipales, según demuestra una auditoría de la Cámara de Cuentas. (Parece que, por fin, nos estamos convenciendo de que sólo así se acaba esa vaina en este país).