Pandemia, tragedia y condena social se convierten en motivos literarios en los orígenes del teatro de la Grecia antigua. El oráculo inocula el mito y la fábula donde Edipo Rey será destruido por la fatalidad o ananké. La tragedia organizada como espectáculo humano público, se construye mediante el rumor de la oralidad mítica y ancestral. La peste arropa a Tebas como castigo, pues allí se encuentra el asesino de quien fuera su Rey, Layo, hijo de Lábdaco. Edipo quien es el nuevo Rey y gobernante se presenta ante el pueblo para buscar al asesino de Layo que está allí. Siendo él mismo quien ha asesinado a su padre busca al verdadero asesino. Edipo ha llegado a Tebas huyendo de una condena de los dioses, de un oráculo fatal, absurdo y temerario. Supuestamente el rey fue muerto en un cruce por bandidos cuando se dirigía a su reino. La Reina Yocasta quedó viuda y sola. Edipo toma el puesto vacante y procrea cuatro hijos con la Reina: Antígona e Ismene y Etéocles y Polinices.
El oráculo de Delfos consultado dice que allí hay un asesino y que por eso, hasta que no sea expulsado de allí, el pueblo de Tebas sufrirá la calamitosa peste. Edipo arenga al pueblo y pide encarecidamente a Tiresias, el adivino del pueblo, a decir quién es el asesino y dónde se encuentra allí.
Tiresias se niega a decir la verdad porque él sabe quién es, pero también teme ser muerto por Edipo Rey. Edipo lo enfrenta, lo humilla, le lanza insultos y vituperios para que él diga la verdad.
En efecto, Edipo llega a Tebas huyéndole al destino que dictó el oráculo que lo condenó. Edipo huyó de su destino cuando supo de esta sentencia oracular. Y en un camino hacia Tebas se encuentra con un anciano en un entrecruce y en un enfrentamiento mata a Layo sin saber que era su padre. Llega al pueblo y se casa con la reina Yocasta que era su madre y tiene con ella hijos y hermanos de manera incestuosa. Eso lo sabe el adivino ciego Tiresias, quien viéndose asediado por Edipo, lo enfrenta a la cruda verdad. Al comprobar Edipo que él era el asesino de su padre y el incestuoso marido de su madre se desgarra los ojos y pide a su cuñado Creonte, hermano de Yocasta, que lo expulse y lo condene para siempre a un destierro.
¿Cómo el condenado rey se dio cuenta de este incesto trágico y del cumplimiento del Oráculo?
Cuando el oráculo habló la condena fue escuchada. Layo y Yocasta sabían que iban a tener un hijo que haría todo aquello que vaticinó la voz hermética y poderosa. Decidieron entonces entregar a Edipo a un mensajero para que lo entregue a un pastor para que matara al niño lejos de Tebas. El pastor, por piedad, le suprimió la vida al niño inocente y más bien lo salvó entregándolo a cierta familia del poder real. Pero él nunca conoció a sus verdaderos padres. Huyéndole al destino se marcha a un pueblo lejano, lejos del destino. Por huir de lo desconocido encuentra la tragedia que la fatalidad le tenía asegurada.
La versión escrita por Sófocles sobre la base de la historia oral prehelénica guarda los ejes míticos acentuados por el tiempo de los orígenes. La repetición del drama ocurre como ejemplo real-imaginario en toda la literatura universal, pues en todas las literaturas de Oriente y Occidente existe el conato, la raíz de un poderoso Edipo. Al comprender Edipo la verdad de su vida a la luz de estos hechos, también conocerá la inevitable realidad trágica de su existencia y se lanza a los abismos de una monstruosa condena. Sale ciego, derrotado, perdido y destruido hacia Colona y allí muere luego de que se cumplieran las palabras del oráculo, tal y como lo describe el texto-base de Sófocles.
Lo que ha producido esta fábula dramatúrgica mediante la inoculación trágica de la fatalidad mítica, es la derrota del poder político en la historia social y también los gestos de la tragedia griega analizada por C.M. Bowra. La pandemia del poder enfrentado por los pueblos y sus clases son el mayor fracaso de las fuerzas políticas en conflicto, tal y como ocurrirá en Edipo en Colona y en Antígona obras que se desprenden del núcleo edípico de Sófocles.
Es así como discurre, entre conflicto y poder toda la dramaturgia de Sófocles. Luego de la muerte de Edipo en Colona y Creonte declararse tirano, el ritmo de lo trágico se acelera continuando con la tragedia de Antígona, una obra desgarradoramente política y familiar donde el conflicto entre Etéocles y Polinices, produce la muerte de ambos en la jurisdicción de Creonte, y donde su tío la condena a muerte por violar la prohibición acordada, esto es, dejar los cadáveres de sus hermanos insepultos. Con esta cardinal dramatúrgica se produce el suicidio de Hemón, de su madre Euridice y se concretiza el derrumbe del tirano Creonte, así como el fin del sujeto político y trágico.