“No hay nada tan inútil como hacer con gran eficiencia algo que no debería haberse hecho en absoluto”. (Peter Drucker: 1909 – 2005).

A lo que estamos asistiendo hoy (la pandemia del COVID – 19) será más recurrente en el planeta Tierra. Con más letalidad, con más contagiados, no podemos vislumbrar las vastedades de las que vendrán; empero, la radiografía topológica nos indica que surgirán, dada la complejidad de la irrupción de la urbanización en el mundo, su velocidad, su ritmo y por qué no, los grandes laboratorios como preámbulo en cierne de la amenaza de la guerra bacteriológica, condición de la estupidez humana.

En nuestra sociedad, la experiencia como marco de oportunidad es el desafío con el futuro y con la construcción de nuevos nichos, a través de reimaginar y rediseñar los retos, porque como nos decía el gran gurú de la gerencia moderna, objeto del epígrafe de la cita de este artículo “Hacer lo correcto es más importante que hacer las cosas bien”.

En nuestra formación social tenemos que asumir la Cuarta Revolución Industrial, que nos sirva como palanca para el desarrollo a través del proceso de desarrollo tecnológico e industrial, que cobre cuerpo con nuevos procesos de organización para apuntalar las exportaciones. Debemos de seguir con la economía de servicio, con el turismo como locomotora, empero, ese importante rubro de nuestra economía es demasiado frágil a los vaivenes de la locura humana y de la naturaleza (guerra, pandemias, terremotos, huracanes, crisis económica mundial, etc.). Como diría Arturo Adasme Vásquez “El hombre inteligente aprende de sus propios errores, el sabio aprende de errores de los demás”.

En un país de servicios donde vienen alrededor de 7,500,000 millones de turistas, la Economía Naranja cobra verdadera dimensión. Es cimentar que el turismo no puede ser solo agua, sol y arena. Tenemos una diversa y rica cultura.

En el caso nuestro, ha de ser de doble sincronización toda la problemática de la crisis sanitaria, social y económica, trascenderlas es mirar con nuevos ojos; objetivizar el presente en una perspectiva conjugada de futuro. A nuevos desafíos, nuevas normalidades que nos permitan no solo crecer en el reto como oportunidad, sino que, en ese proceso de adaptación, traiga consigo horizontes más halagüeños para los ciudadanos.

Justamente eso es la concreción de las economías Digital, Circular y Naranja como fragua que se cristaliza por medio del Capital Humano, el Capital Intelectual y la Gestión del Talento Humano que son la base inexcusable, inexorable de la competitividad. Las tres economías deberían fortalecer a las industrias como eje necesario para un capital intensivo, más promisorio. Es la innovación y la creatividad puesta en escena como consecuencia de la crisis, que como nos diría ese genio Albert Einstein “La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia”.

La sociedad dominicana requiere mejorar el capital institucional en el que se encuentran la Efectividad Gubernamental, la Calidad Regulatoria, el Imperio de la Ley y el Control de la Corrupción. Al tiempo que deberían sustancialmente mejorarse los pilares de la competitividad en sus tres componentes: BASICOS (Instituciones, Infraestructuras, Macroeconomía, Salud y Educación). MEJORA DE EFICIENCIA (Mercado, Tecnología, Negocios). INNOVACION (Innovación).

El Capital Humano es la suma de conocimientos, habilidades, experiencias y competencias de las personas. El Capital Humano se genera en una intensa actividad social que se crea y recrea a través de la educación formal: escuela, universidad y el mercado de trabajo. En nuestro país tenemos 580,861 estudiantes universitarios que con respecto a la Población Económicamente Activa representa un 11.59%. La PEA son 5,008,937. Hay profesionales graduados de las universidades: 1,600,000, que tomando en cuenta el universo de la población representan apenas un 5.3% de los habitantes, si asumimos 10,800,000 dominicanos y dominicanas.

Cuando dividimos la población universitaria (580,861) con la Población en Edad de Trabajar (PET) ˗ 7,665,380 ˗ nos da 7.5%; y, si conectamos el cociente de 580,861 entre la población que está trabajando, tanto en la Economía formal como informal: 4,715,879, el resultado es 12.3%. La población universitaria que están trabajando: 930,000 equivale a un 19.7% de todo el Mercado laboral ocupado.

Es con esos datos que debemos de asumir un nuevo desarrollo industrial y de las economías: Digital, Circular y Naranja para ser como país más sostenible y donde los factores exógenos no graviten tanto en nuestra economía total. El Capital Natural nos da una cierta ventaja comparativa, empero, es el Capital Humano que nos da la ventaja competitiva. El emergente sistémico de la competitividad como dimensión cardinal radica en como producir bienes y servicios en condiciones del mercado que sean aceptados en otros mercados con rentabilidad. Así, los recursos tecnológicos, los procesos de trabajo, estructuras organizacionales, la estructura laxa, atendiendo a las distintas estrategias, generando bienes y servicios excelentes, agregando más valor. El Foro Económico Global define la Competitividad como “el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan la productividad de una nación”.

Para ello, debemos generar más talento humano y es ahí donde las economías Digital, Circular y Naranja han de jugar un rol estelar, conjuntamente con las industrias que transforman materias primas y brutas en productos finales. La eficiencia, la eficacia, la calidad, precio, costos, mercado constituyen los pilares de la competitividad. La Economía Digital o Economía en Internet o Web es la economía basada en la tecnología digital. Es la economía propia de la Generación Millenials o Y que nació entre el 1981 – 1996. Cuando compras por internet tu compra en el supermercado o por Amazon, estás en presencia de la economía digital.

La antorcha de la Economía Digital es asumida por la Generación Z y los nativos digitales. La Z, también conocida como posmilénica o centúrica, nacieron entre el 1997 y 2012. Tienen de singularidad que generalmente hablan inglés o dominan más de dos idiomas. Los Nativos Digitales, esto es, los que tienen 8 años, saben más de tecnología que la Generación Baby Boomer y la Generación X (1946 -1965 y 1965 -1979 respectivamente).

La Economía Circular es la comprensión fundamental de la asunción del cambio climático y el respeto a la naturaleza y como disponer en una destrucción creativa con los materiales vírgenes para una articulación en los procesos económicos y ecológicos. ¡Nada se pierde, todo se transforma, hasta los desechos! En un país de servicios donde vienen alrededor de 7,500,000 millones de turistas, la Economía Naranja cobra verdadera dimensión. Es cimentar que el turismo no puede ser solo agua, sol y arena. Tenemos una diversa y rica cultura.

Tenemos varios Patrimonios de la Humanidad: la Bachata, el Merengue, el Teatro Cocolo Danzante, los Congos de Villa Mella, la Zona Colonial. La Economía Naranja es como transformamos las ideas en bienes y servicios culturales. Es el Capital Intelectual en escena, con toda su creatividad: Marcio Veloz Maggiolo, Andrés L. Mateo, Tony Raful, José Mármol, José Alcántara Almanzar, Manuel Matos Moquete, Bernardo Vega, Jeannette Miller, Elsa Núñez, Guillo Pérez, Cándido Bido, Fernando Ureña Ribb, Yoryi Morel, Ada Balcácer, Soucy Pellerano, Amable Sterling, Ramón Oviedo, Domingo Liz, Fernando Peña Defilló, Dionisio Blanco, Mariano Eckert, Gilberto Hernández Ortega… y un largo etc. etc.

Como vemos, tenemos de frente una gran oportunidad para empujar tres economías, que desarrollarán nuestra competitividad, nuestro tejido productivo y el desarrollo del Capital Humano y el Capital Intelectual como un apalancamiento sostenible que ampliará los mercados y neutralizarán las profundas crisis de la naturaleza y de las bestias.