“No des por sentado tus suposiciones. Empieza por adoptar una actitud escéptica hacia todo lo que sea sabiduría convencional”. (Noam Chomsky. Nació en el 1928).
La mayoría de los economistas dominicanos podríamos decir que son precopernicanos, siguen sufriendo un enorme déficit de parálisis paradigmática. El grueso se concentra en la macroeconomía, esto es, tasa de crecimiento o decrecimiento de la economía, tasa de interés, tasa de cambio, tasa de inflación. Toda la problemática de los déficits fiscales que se han convertido en estructurales (desde el 2008-2020) y, con ello, todo el profundo endeudamiento
Los economistas nuestros no hablan de la economía oculta o subterránea y su impacto en nuestra formación social y cómo desarticula la protección social, la seguridad social y no nos hace avanzar en términos de la cualificación del capital humano. Esos cientistas sociales solo hacen hincapié en lo monetario y lo fiscal, no se adentran al conocimiento, aunque sea por hipótesis de la economía sumergida (aquella que se desenvuelve al margen de las normas legales, tales como la corrupción, el narcotráfico, el lavado y el testaferrismo), que en el caso de República Dominicana tiene un peso en la economía general.
Lo importante es como trascendemos hacia el conocimiento medular de por qué somos una economía cada día más deudora y como en medio de la pandemia hemos caído cuasi en una economía regresiva (decrecimos 6.7% del PIB y el déficit fiscal terminó para el 2020 en 7.7%, equivalente a RD$450,000,000,000.00 (cuatrocientos cincuenta mil millones de pesos). El eje nodal en estos momentos es de cómo hacemos una parada en medio de los obstáculos, buscar las oportunidades para cuando salgamos de estas crisis no volvamos sobre los mismos pasos, senderos prepandemia.
Hay la necesidad de articular cambios sociales, estructurales, que tengan como fundamento la visión y praxis de una economía social. Crear de manera firme, deliberada y proactiva la economía de mercado. La apología ante la irrupción de un nuevo orden civilizatorio no puede ser en apariencia y en esencia que el Dios mercado, el Dios dinero, prevalezca por encima de las personas. Es lo que está ocurriendo con las vacunas, los laboratorios farmacéuticos, los mercados y los países, entronizándose el mercado a través de una economía dominante. La Unión Europea ha comprado 8 veces más vacunas que sus necesidades. Estados Unidos 3 veces más que la creación de la inmunidad de rebaño. ¡Una desigualdad que rompe los principios mismos de su esquema de la Economía Liberal y Neoliberal!
Pocos economistas utilizan el concepto de Economía política, como si al dejarlo usar cambiara la realidad y desaparece el contexto en que esta tiene lugar. Es como si burguesía, empresarios, clases sociales, desaparecieran por los conceptos y categorías: empleador, actores económicos, actores sociales. Una desideologización, una manera de neutralizar, para esconder la desigualdad social, la inequidad, la exclusión, marginalidad. Mantienen la decantación, empero, sublimizan la diferenciación. Como hicieron aquí con la burbuja económica y la economía real. Burbuja glorificada a través de un endeudamiento galopante en medio de que la economía crecía.
¿Qué es la Economía política y qué encierra? Es “la disciplina que se ocupa del estudio de la asignación de los recursos necesarios para la satisfacción de las necesidades humanas y de los mecanismos de funcionamiento de las estructuras sociales para efectuar la asignación de los bienes y servicios”. Amplifica el estudio de las distintas estructuras de retribución. Enfatiza en la riqueza y al mismo tiempo, en la retribución, tocando desde su génesis el alcance de esa productividad en los distintos estamentos sociales que cobijan en una sociedad. Dicho de otra manera, la importancia de los seres humanos en una formación social determinada. La Economía política tiene que ver con los efectos que provocan en las personas las distintas dimensiones y mecanismos de la economía, tomando en consideración como se gestiona la economía social. Desborda la Econometría, la asume y la trasciende, para desbrozar los modelos, las abstracciones que no configuran que en ella siempre está el humano, la persona.
Detrás de cada elaboración, preparación de un presupuesto, existe una determinada economía política; esa asignación, distribución y jerarquización connota el grado de importancia y de priorización que se tiene en determinado aspecto de la realidad. ¡No hay que hablar, deja ver el presupuesto! Implica, la Economía política, una visibilización, una clara nitidez y diafanidad de la asunción real de la realidad, de cómo construimos riquezas y, como nos diría Arismendi Díaz Santana en su libro Economía Política de la Desigualdad Social, como existen políticas económicas y sociales que amplían las desigualdades y al mismo tiempo, el modelo de acumulación condiciona el rol del Estado.
Como nos diría un marxiano, la Economía política “es la ciencia que estudia las leyes sociales que rigen la producción y distribución de bienes materiales que sirven para satisfacer las necesidades humanas”. No cabe duda de que los hechos políticos no son un mero epifenómeno de lo económico, pero la contiene. Como dijera Carlos Marx “El conjunto de las relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la cual se edifica una superestructura jurídica y política, a la cual corresponden formas de conciencia social determinada”. Lo tecno-económico se privilegia hoy constituyendo la realidad y lo político un “mero” reflejo de esa realidad. Lo verdadero, más allá de los “adjetivos” y de la neutralización del concepto, es que el mundo acusa una extrema desigualdad y una inequidad horrida en pleno Siglo XXI, en su tercera década.
¿Cómo se manifiesta esa Economía política en la sociedad dominicana en los últimos 30 años que lacera y destruye el desarrollo humano y sostenible del conjunto del cuerpo social? Según CREES (Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles):
- Crecimiento del PIB real y el Gasto total real del Gobierno Central R.D.:
- Crecimiento real 13.3 veces.
- PIB real 4.2 veces.
- Al 1991 – 2019: El Gasto público R. D. creció hasta 11 veces su valor, mientras que el PIB creció 4.4 veces su valor.
- Gastos e Ingresos del Gobierno Central R. D. Crecimiento en los últimos 30 años:
- Gastos 22,5 veces.
- Ingresos 14.0 veces.
- Gasto Corriente y Capital del Gobierno Central R. D. Crecimiento en los últimos 30 años.
- Gasto Corriente 36.7 veces.
- Gasto de Capital 5.6 veces.
- Gastos en Remuneraciones del Gobierno Central:
Crecimiento de 20.1 veces su valor en los últimos 30 años. Representó el 25.1% del Gasto corriente en el 2020. US$4,4886 millones de dólares en el 2020.
- Pago de Intereses del Gobierno Central:
- Se incrementa 88.2 veces.
- 2 % de Intereses, en el 2020.
- Gastos en bienes y servicios, del Gobierno Central:
Se incrementa en 30.6 veces.
Un análisis desde la Economía política nos indica que las acciones y decisiones de los actores políticos claves en ese interregno se caracterizó por una irresponsabilidad pasmosa y falta de compromiso cierto con la sociedad. Dirigentes políticos solazándose en el presente para drenar y cercenar la vida de los ciudadanos del futuro. Ha sido una actitud execrable, abominable, ejercer la dirección del Estado con tanta abyección, sin que ello implicara, además, reformas estructurales, cambios sociales sustanciales. Por eso, hemos sido en los últimos años el país que menos aprovechó la creación de riquezas para su población.
Cuando miramos el entorno salarial, este se ha convertido en el único instrumento de herramienta de “competitividad”, con sueldos muy exiguos. De hecho, somos cuasi líderes según Latinobarómetro, en ser de los países que menos acceso tiene con sus ingresos (emolumentos), para satisfacer sus necesidades vitales. En Europa logran adquirir el 90-92%; en Estados Unidos el 85%; y en República Dominicana entre el 50-60%.
Tenemos que recordar que el 67.2% de los que trabajan en la economía formal, tanto del Sector Privado como Público, ganan menos de RD$25,000.00; y 50% de ellos reciben salarios por debajo de RD$15,000.00. Si correlacionamos el costo de la canasta familiar por Quintiles del Banco Central, el enfrentamiento con la realidad es dantesco:
Costo la Canasta familiar por Quintiles de Gasto:
(Referencia septiembre 2020):
Quintil I: RD$17,457.00 (RD$15,109.7).
Quintil II: 25,884.00 (RD$21,474.3).
Quintil III: 31,470.80 (RD$26,209.1).
Quintil IV: 40,068.1 (RD$33,981.7).
Quntil V: 66,865.5 (RD$66,097.9).
Conviene destacar que el Banco Central cambió la metodología sobre IPC (Índice de Precio al Consumidor), ahora con 364 artículos. 94 artículos nuevos y anteriormente solo habían 270. Ahora los Quintiles aumentaron, esto es, el costo de la canasta familiar, sobre todo, para los 4 primeros, no así para el Quintil 5, el de más alto ingresos, ahora es de RD$60,629.8, y anteriormente de RD$66,097.97
Nueva Metodología con 364 Artículos:
Quintil I: RD$21,313.9 (estaba en $15,109.7).
Quintil II: 27,860.8 (21,474.1)
Quintil III: 33,200.2 (26,209.1)
Quintil IV: 38,866.2 (33,981.2)
Quintil V: 60,629.8 (66,097.9).
Con la nueva metodología solo los hogares donde existen dos o más empleados podrían acceder a cubrir el Quintil I, que es el más pobre. El 67.2% de los que trabajan individualmente no tendrían la capacidad para obtener sus bienes y servicios vitales, por lo tanto, no pueden verse reflejados.
¡No cabe duda de que la transparencia, la rendición de cuenta, el buen gobierno, deben de constituirse en la palanca potencializada, en el apalancamiento ineludible del dejo de la transición; solo así se comenzará con un cambio social inexcusable para una economía política cuyo eje central sea el ser humano y la satisfacción de vida material!