Las generaciones que han vivido en el país desde los años ochenta han sufrido enfermedades psicosomáticas propias de una sociedad subdesarrollada, carente de servicios psicológicos y psiquiátricos de calidad que permitan a la gente tratar apropiadamente su condición y tener un comportamiento apropiado que les permita ser útiles y desarrollarse personal y profesionalmente.
Uno de los principales obstáculos a la solución de los problemas psicosomáticos que padecen muchas personas en Quisqueya es la carencia de especialistas que comprendan y respeten la naturaleza de la persona humana, la identidad sexual con la cual nacen.
Un vil responsable de ese desvarío en el entendimiento y tratamiento psicológico es Dunker, profesor de una de las universidades más retrógradas y con más bajo nivel intelectual, según lo informan los índices de calidad educativa, lo que ha llevado a las autoridades serias que aún existen en el país a someterla a un estricto escrutinio.
Dunker sostiene, en el más oprobioso estilo medieval inquisidor, que las personas LGBTIR son enfermos y enfermas mentales y que su condición de pacientes psiquiátricos es el producto de su orientación, preferencia o identidad sexual.
Dunker propone como el modelo de familia "perfecta" la lineal heterosexual de un hombre y una mujer, desconociendo la existencia de las múltiples identidades sexuales y su derecho a formar familia con hijas e hijos sanos y madres y padres responsables.
Le recuerdo Sr. Dunker que estamos en el siglo XXI, el verdadero siglo de las luces, donde la información tecnológica y su consiguiente acceso a la comunicación facilita el aprendizaje sin los denominados "maestros" retrógrados y reaccionarios como usted.
Lo anterior lo demuestra la formación de psicólogas y psicólogos jóvenes que no tienen miedo a reconocer públicamente su identidad lésbica, trans, bisexual, inter/homosexual y asexual en los púlpitos de las iglesias y en los espacios libertarios. Gente que no teme a reconocer que su condición de bipolares o esquizofrénicos es tan natural como la propia existencia suya en la tierra Sr. Dunker.
Deje ya de seguir jugando con la ignorancia, el analfabetismo y la desinformación a que tienen sometida a mucha gente los poderes fácticos y salga de los medios Sr. Dunker y de los verdaderos espacios educativos.
¡Váyase a su casa Sr. Dunker, a leer libros científicos y a actualizar su desfasado pensamiento!