En cada barrio, en cada pueblo, en los campos, desde Cabo Engaño hasta la frontera, desde Barahona hasta Samaná, a lo largo y lo ancho de la sociedad, en todos sus escalones, muchísima gente pregunta simplemente: ¿Por qué Hipólito no se decide definitivamente a apoyar a Luis Abinader y se constituye en lo que el país tanto necesita: un buen líder de masas? ¿Por qué Leonel no deja de joder, pues ya es suficiente, y deja que fluya el libre juego de las corrientes internas, para él convertirse en un verdadero propiciador de la democracia? (Porque es que, de tanto fuego a la lata, harán que reviente el fondo).