La diferencia es grande: En los ya muy remotos años 70 y 80 los candidatos hablaban en grandes plazas llenas de enardecidas masas espontáneas, ante las que pronunciaban, con enérgica retórica, apasionados discurso con protestas, denuncias y siembras de esperanzas verdaderas, y cien mil personas juntas eran poca cosa para cualquiera de los que competían por el poder… Pero la democracia ha perdido gracia, y hoy candidatos y candidotes simplemente entorpecen el tránsito con doscientos vehículos en caravana, desde uno de los cuales lanzan besos y abrazos y hacen declaracioncitas bobaliconas para exclusivo consumo de la prensa.