Lo alcancé a ver entre una multitud festiva, pero no pude decirle lo que ahora digo: Celebro que ese hombre forme parte del tiempo nuestro, como el más apasionado defensor de nuestra privilegiada naturaleza de isla pródiga en frutos, flores, árboles de la estatura de sus montañas y agua para felicidad del más lejano resquicio de humanidad. Porque la Fundación Progressio es eso; porque la prodigiosa Reserva del Ébano Verde es eso. Y llevan su nombre por siempre: Enrique Armenteros Rius, autentico hacedor de Patria perdurable, más trascendente que toda demagogia patriotera que se lleva el viento.