De haber nacido en los 1600 me hubiera gustado ser pirata (pata de palo, parche en un ojo, sombrero con plumas, espada al aire y un rapto de doncella por semana), o ubicarme cómodamente en la corte del Rey Sol (un calesín para recorrer caminos sombreados, un festín interminable y una firme convicción de que, a pesar de Colón, la Tierra seguía siendo cuadrada). Y, de haber nacido en 1900, me hubiera gustado andar con Gardel en sus parrandas, conocer a Capone y a Eliot Ness y ser ayudante de Chaplin… (Pero jamás escribir una columna periodística diaria, muchos menos un domingo incoloro, como el de ayer).