(A los que han sentido el orgasmo universal) 

¡Señor, no los condones porque ellos sí saben lo que hacen! Le pediría cualquier ciudadano razonable a Dios después de enterarse de que la Iglesia les prohibía "condonarse" para evitar el SIDA. 

Y es que la Iglesia y su Papa le han mostrado su espalda pederasta a la modernidad (cosa rara) y le ha negado una salida razonable y práctica al problema del control natal mundial y familiar, se han negado a aceptar al condón (y no al perro) como "el mejor amigo del hombre". Y es más amigo de Eva, que es la que queda preñada y sola cuando el irresponsable de Adán se desgarita a comer "manzanas bachatas" por los bares del Paraíso sin encapucharse el condón. 

Y aunque la Biblia dice que Dios no usaba condón y aunque la Iglesia no lo reconozca, el hábito de "encapuchar" capuchinos le ha sido muy útil a las prioras que evitan catástrofes preñiles en los conventos cristianos. Por esto y por otras cosas, creo que todos debemos rendirle culto al condón, debemos pedirle al miembro priápico capitular del pueblo y a su alcalde que cuelgue un condón gigante a la entrada y a la salida de las vías de penetración delanteras y traseras… de las ciudades y los templos de Eros que colman las vias …para así rendirle respetuoso culto laico a los moteles eclesiales de la Grecia olímpica y evitarle accidentes de tránsito a las parejas(incluyendo gays) que corren desesperadas impulsadas por urgentes velocidades carnales. Y que conste, que esto no sería una exaltación al machismo falocentrista patriarcal del dominicano, ni es cosa de insinuar que la ciudad padece de priapismo permanente, como sugiere el erecto Monumento que preside a la hidalga de Santiago de los 30 Caballeros al que debieran encapuchar. 

Sin embargo, como siempre estoy de parte de mis curas y de mi amada Iglesia; los defiendo y creo que tienen razón en esto de negarse a condonar a los hombres; porque si Dios se hubiese puesto su gigantesco condón en la noche de su loca creación, ni nosotros ni el Papa estuviésemos sobre esta Tierra gozando de la vida pecaminosa y en espera del condón que nos otorga la santa Confesión. Por ello todos debemos decir en coro gregoriano ¡Abajo el Condón! Pero cantarlo al compás del Parapapá y el Paramamá de la 5ta. Sinfonía Política de Beethoven que se avecina.

¡Gracias Dios mío por no haberte puesto tu condón durante los seis días de tu parranda cósmica! ¡Qué orgasmo señores! ¿Quién sería la diosa dichosa que acarició con sus labios el grandioso verbo de Dios? ¿Quién no percibe todavía el eco de sus aullidos estelares? ¿Quien no ha visto su blanco esperma humedecido en el espejo incierto de algún telescopio priápico? Con razón todavía estas descansando. Definitivamente, la Biblia nos enseña que Dios no usó condón, y es por ello que primero nos condena y luego nos condona con la Confesión. 

Sin embargo , sabiendo que  Dios no se condona pero nos condona ,  nosotros podríamos rezar para que condone a la Iglesia por su sidoso yerro de hacer como Él ,  quien no se encapuchó  y preñó a su agraciada diosa mujer y vagina universal;  y que por ello, repito, ¡gracias a Dios! estamos  todos vivos,  aquí, gozando del pecado que quita el condón  de Dios .  Sufridos y contentos, sabedores de que un cura  experto en condonar y encordonarse llegará  donde el sidoso moribundo sin  haberse arrepentido de haberle prohibido usar el condón,  y entonces , con su conciencia bien tranquila , con su carita de "María Ramos" o de "Yo no fui" , procederá  a  condonar al sidoso creyente que se llevó de su sabio consejo, para luego aplicarle   los Santos Óleos de la  Extremaunción,  antes de que le  venga el orgasmo final de su  sidosa y provocada muerte, Amén. 

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