Si bien es cierto como lo ha venido visualizando el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), formamos parte de un conglomerado que se encuentra profundamente impactado por el egoísmo, el egocentrismo y otros perjudiciales males y antivalores, sin embargo, sin temor a equivocarnos, si al mundo le quedaran pocas horas o días de existencia, de seguro veríamos que todas las líneas telefónicas, los chats, correos electrónicos y otros medios, se saturarían de personas que se comunicarían con alguien para decirle: ¡Perdóname! ¡Te amo!.

Para encarar eficientemente los referidos problemas, los cuales obstaculizan la solidificación que amerita nuestra nación y sus instituciones, resulta saludable asumir las estrategias del CRD para su adecuada solución, las cuales invitan, a que pese nos resulta difícil en el seno de nuestras familias y en la sociedad a la que pertenecemos, expresar: ¨ ¡Te quiero!, ¡Perdóname! ¡Ayúdame para hacer el bien!¨, debemos tomar el luminoso sendero de decirlo y llevarlo a la práctica, en razón de que si contemplamos nuestro entorno social, palparemos que las personas que detentan estas cualidades, son las que más debemos valorar, no sólo por tener la valentía de hacerlo, sino también, por ser faros de luz esenciales de la ruta correcta que conduce hacia la felicidad y al logro de mayores niveles de desarrollo.

Tan vital tarea, conforme a la convicción y líneas estratégicas de la entidad de desarrollo, nos deben llenar de fortaleza y confianza, para tener como meta la plena vivencia de estos valores que Dios nos ha regalado, procurando siempre ir en auxilio de alguien que esté necesitado de Misericordia, Perdón y Amor, para así a través de estos, sentir los gloriosos resultados que engendra el hecho de edificar nuestras vidas teniendo por soportes la paz, la unión y la confraternidad, convirtiéndonos en entes positivos para nuestra sociedad y nuestro Estado.

Para esta saludable realización social, asume como objetivo primordial, que debemos proponernos hacer parte de nuestro diario vivir la erradicación de la falta de puesta en práctica de los dones del amor y el perdón, por ser su ausencia generadora de las causas que originan los males que nos agobian y que a su vez corroen los estamentos del Estado y estancan tanto el desarrollo personal como el general .

En la referida ruta y la necesaria obtención de fórmulas efectivas, el CRD en sus lineamientos estratégicos, considera muy relevante abrazarnos al amor, al perdón y la misericordia, por ser las más idóneas alternativas que detentamos para vencer el mal y para lograr eficientemente el bienestar personal y colectivo sustentable, además, por ser columnas imprescindibles que nos facilitarán unificarnos en pro de los beneficios y los frutos valiosos que garantiza guiar nuestras vidas y el rumbo de nuestro Estado, por medio del cultivo permanente de las virtudes de amar, dar y servir.

Nos corresponde pues a todos los componentes de la sociedad dominicana sin excepción, asumir tan esenciales objetivos, sobretodo, aprovechar estos días en que nos adentramos en la razón y motivo de ser del misterio de la muerte y resurrección del Mesías y Redentor Jesucristo, para que como lo ha venido proponiendo el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), sumergirnos e involucrarnos desde ahora y para siempre en un serio proceso de reflexión y cuestionamiento, a fin de determinar qué estamos dando de nosotros mismos para edificar y construir mejores familias y una mejor República Dominicana.