Los mensajes que dan los padres y las madres son muy poderosos y funcionan a largo plazo, siempre más largo de los que ellos y ellas se imaginan al actuar. Este es un tema que he abordado en otras ocasiones, pero los casos y su frecuencia me obligan a seguir  escribiendo con el propósito de que padres y madres se reconozcan sin culpa, pero con cuidado y conciencia, autores  de la huella profunda que plasman en las historias de sus hijos e hijas al actuar y tomar decisiones.

Muchas veces recibo a personas adultas que vienen por situaciones muy concretas y cuando caminamos por su niñez, adolescencia y juventud solemos encontrarle sentido o razón de ser a esta situación en la dinámica que establecieron como familia, hace muchos años atrás.

Recibí a una mujer de unos 40 años con la demanda terapéutica de que quiere entender su dificultad para conseguir pareja. Es una chica profesional, inteligente, independiente  económicamente y con un trabajo estable. Tiene una comunicación activa y respuesta a la mayoría de sus preguntas y a las mías siempre en el plano racional. La engañosa razón que confunde y evade para evitar sufrir

La manera en que tanto hombres como mujeres se vinculan con las parejas, suele estar relacionada con papá y mamá. Con la relación entre ellos, la relación con los  hijos e hijas, con su perspectiva de la vida, con los mensajes que dieron sin hablar o hablando con palabras, con el cuerpo o tomando decisiones. Eventos importantes de la vida  familiar y los cambios que pudieron traer en cada uno de los hijos por la manera en que fueron vividos, dependiendo de la etapa de desarrollo.

La relación de pareja suele llevar hacia esa relación primaria, básica e importante que guía la vida y lleva por senderos impensables dirigidos por el poderoso inconsciente.
El padre de esta brillante mujer murió cuando ella tenía 8 años, un padre cariñoso y cercano que llenaba la vida, admirado y luego idealizado. La joven madre no estableció nunca más una relación sentimental con otro hombre. Al preguntarle cómo vivieron la muerte de papá en aquel momento  de la vida familiar, la respuesta a mi pregunta le dio sentido a la demanda solicitada por la joven "desde el día en que papi murió se cerró la puerta del frente de la casa y entrábamos y salíamos por detrás".

La decisión de esta madre lleva un mensaje poderoso que cambia la vida, dirige el futuro y las relaciones.

Este  caso es una invitación o más bien una provocación para motivar a mis lectores a percatarse de las situaciones que se les repiten en la vida, cuestionarse y hurgar en sus historias para intentar encontrar motivos más allá de la razón para explicar lo que les hace sufrir. Talvez dejar de culpar a otros o mirar fuera de sí y comenzar un viaje interior que les permita entender lo que pasa con su vida que regularmente suele ser responsabilidad individual.

La buena noticia es que ya después de adultos, papá y mamá dejan de tener el poder que tenían y esto da la posibilidad de asumir los cambios ya que como siempre les digo a mis pacientes, “siempre tienen el poder de reeditar su propia historia”.