Para el arquitecto la idea de proyectar/diseñar es sin duda  la que ocupa, principalmente, su mente y sus aspiraciones. Desde luego proyectar grandes encargos es el sueño de todo arquitecto sea experimentado o novel, e incluso a aquellos con sueños más modestos, les seduce, por encima de cualquier cosa, la actividad creativa de disponer la distribución de los espacios, elementos constructivos, etc., etc., etc…

Lo cierto es que no todos tendrán la oportunidad de diseñar  y/o proyectar, sean estos  espacios arquitectónicos o urbanos. Pero que no cunda el pánico, en un escenario como España, y otros del mundo, en donde aparentemente se acabó lo que se daba (por lo menos por un tiempo), en materia del ejercicio de la arquitectura “al uso”, todavía quedan alternativas.

La rehabilitación, y sus “hermanas” las reformas de espacios son, sin duda, la otra vertiente, en la que el arquitecto puede poner en actividad toda su creatividad, o parte de ella. En los lugares en los que la construcción de nuevos proyectos, arquitectónicos o urbanísticas, no está en sus mejores tiempos, siempre queda la necesidad real de rehabilitar el parque existente. Evidentemente el mismo dinero que no aparece para construir lo nuevo, también se esconde para rehabilitar lo antiguo o reformar lo viejo. La buena noticia es que existen normativas, por lo menos en estos países llamados PIIGS ( Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España, por sus siglas en inglés)  que obligan a que los edificiosse mantengan en buen estado de conservación y en algunos casos, obliga a que sus rendimientos energéticos sean mejorados.

Otra alternativa muy a la mano de los arquitectos y proyectistas es la de las gestiones de licencias de actividades para locales, comercios, etc. Este es un buen escenario de acción para un arquitecto, de hecho – y  aunque no siempre tendrá la oportunidad de proyectar, más allá de las dimensiones correctas de una puerta de acceso o del giro de una silla de ruedas en un baño-  podrá llevar a documentación escrita y gráfica la aplicación e interpretación de la normativa técnica y urbanística para el correcto ejercicio de una actividad en un local existente. Además, y muchas veces, en un proyecto de licencia de actividad, se presenta la necesidad de reformar el espacio para implantar el negocio a desarrollar en el local en cuestión.

Otra actividad muy próxima a las competencias originales del arquitecto es la de dirección de ejecución de obras o jefe de obras o encargado de producción en una obra. En esta vertiente del oficio, el arquitecto pasaría a ser el ejecutor de lo que otro compañero ya ha diseñado y tendrá la oportunidad de llevar a cabo la obra “interpretando” lo que otro ha diseñado, tratando de llevar a la realidad del terreno dichos planos y/o especificaciones técnico/constructivas. Su creatividad y pericia será la misma que la de un director de orquesta, que le toca interpretar la 5ta. Sinfonía de Beethoven, imprimiendo su propio sello y su esencia interpretativa, aun cuando no se aparte de las partituras originales del gran maestro de Bonn.

Ver:https://www.youtube.com/watch?v=yes8YOQnVQQ . Continuaremos la próxima semana