Nueva York.–
Bill Clinton eliminó regulaciones bancarias de 1933 prohibiendo que los bancos vendieran seguros e inversiones, permitiéndoles múltiples especulaciones.  Siguió la criisis inmobiliaria, la financiera, y terminó con el multibillonario rescate bancario, la mayor transferencia de capitales de pobres hacia ricos que registra la historia.

Siguieron políticas de “austeridad” con despidos masivos, quitándole la comida a los trabajadores despedidos para rescatar banqueros tramposos. Millones perdieron casas y empleos, los banqueros se quedaron con el dinero y las casas.

Los desalojos y despidos redujeron los ingresos fiscales, los ex propietarios no pagan impuestos inmobiliarios. Los desempleados no pagan impuestos sobre la renta ni contribuyen a los fondos de pensiones. Esos millones ex propietarios y desempleados reducen la demanda de bienes y servicios empeorando la crisis económica.

Ocurre en todo el país.

En Detroit ésta crisis encontró una ciudad decadente, con su industria automotriz agonizante produciendo despidos masivos adicionales reduciendo ingresos fiscales empeorando la crisis local.  De dos millones de habitantes, hoy Detroit tiene unos 700 mil, la gente salió huyendo en masa desde hace tiempo.

En Detroit abundan las casas  abandonadas y escasea el patrullaje policial, ahí matan a cualquiera, tiran el cadaver en una casa abandonada, luego la queman.

El presidente Barack Obama dice que “salvó la industria automotriz”, pero murió Detroit, su política rescata a Wall Street, dejando hundir a Nueva York. Detroit necesita $18 mil millones para pagar sueldos, pensiones, compras, etc., así empezó Grecia e infectó toda la Unión europea.

Detroit señala el futuro nacional, los capitales productivos emigraron buscando mano de obra barata, millones quedaron desempleados, deprimiendo ingresos fiscales, y fondos de pensiones, profundizando la crisis económica.

Obama, super efectivo logrando absolutamente nada excepto ganar elecciones, intenta evitar que Detroit contagie a la nación promoviendo construcciones y reactivación económica, todos debemos ponernos en oración.