El periodismo cuenta lo que ocurre como un mecanismo de conocer la realidad de lo que nos sucede, informarnos e interpretar lo que nos ocurre. Sin embargo, cierta gente lo entiende como un recurso de la zancadilla, la traición y la intriga permanente. Es un modus vivendi, herencia clara de ciertos novelones de la tele que nos deformaron la cotidianeidad y la perspectiva vital. Ay Xubiri! Ay Ortega, ay Luis Alberto Spinetta! La estrategia de ser buenos para ser queridos nos resultó muy cara en el karma que acumulamos cuando le dimos la cara larga a los más depauperados. Y eso, que nos fortalecemos con Malcom Forbes, y Andy Kessler y promovemos el Dow Jones con más intensidad que Henry Ford. El inventor sabía bien la diferencia entre un auto y un tren de esos que ahora vemos en los mundos japoneses, el Amtrax por ejemplo. 

Dos días pasaron y los dominicanos no supieron que iban a hacer con el dinero que les cayó del cielo como una lluvia de rubíes. Habían dado una opinión bastante sui generis: portadores de la más astuta verdad, se encomendaron a una apoliticidad extrema. Esta actitud estaba fundada en el conservadurismo más radical. Este conservadurismo se calmaría con Burger King y plazas enormes tipo Sambill y Target, sin saber que los políticos del patio –patria de Duarte, Sánchez y Mella– sí que participarían en la peliculilla de corrupción por todos lados y marchas inútiles. Algunos funcionarios son –no nos cabe duda sobre esto–, adictos a chupar de la ubre del Estado como un becerro hambriento que, una vez mamando extasiado, no querría abandonar nunca más tan sabroso y nutritivo trago. Como algunos han notado –los que no son miopes o desalmados–, este modo de vida que –en medio de la noche más poética: la Tueska bailando en la playa–, los ha convertido en grandes potentados de portensosos predios políticos. Incluyamos alguna que otra propiedad repleta de muebles caros e interiores full de to que te da confort y te otorga la sensación de estar vivo, como en la canción de Emmanuel, Sentirme vivo que puedes ver en Youtube a cualquier precio. Como dice Fito Páez, estas entretenido y más barato. Tueska es tan linda y tan preparada que luce irreal de tan bella.

No podemos citar los nombres aquí para evitar problemas. Hay gente que cualquier cosita arma un show en un país amaestrado no por la educación cívica en las aulas, sino por las telenovelas. Aclaremos: Shakespeare dijo, el mundo es una obra de teatro, los personajes meros actores. Pasaron los años: Balaguer, Bosch y Peña Gómez murieron en un día tristísimo. Se levantaron nuevas murallas, acontecieron nuevos númenes del azar, y en la cornucopia indecisa de las más deletéreas informaciones del World Economic Fórum –pertenecemos a ese organismo–, dimos a entender Conep, Anje y Milagros Germán, para que el señor de los anillos –la película de J.K. Rawlings–, terminara en manos de un sancocho y un arroz con habichuela full de tó, medida exacta de la perenne gastronomía de nuestros platos. Orr no fue un erigir de personajes oblicuos, sion tampoco lo fue. La diva Milagros Germán comunicó una noche, como Susana Giménez en Argentina, que el mundo tenía que especializarse en regímenes fuertes. La gente entendió que el paso del Pater Noster, a la conciencia de una época sin balaguerismo, perremeiismo y perredistas sin banderas, terminaría oponiéndose a la codicia de un nuevo gobierno. Esta gente podría venir a conquistarnos como conquistas a una vieja señora que no mira televisión y que consetudinariamente le pregunta a otros si tienen la última serie de Netflix.   

Hoy, los dominicanos van a campaña electoral poblados de insomnios. Tenemos aquí un notable stress sociológico y un intermezzo donde la magia del encuentro se hace de nuevo una forma de interinos comerciales de Seven Up, y concitada crítica de problema tras problema sin ninguna solución y que permanecen en la mera denuncia sin propuesta definitiva en la conversación de sobremesa. La clase no se improvisa, nos dijeron cuando hablamos de la pertinencia de decirle a la gente que la mejor formar de participación era una defensa que nadie entendió y que consistía en desnudar lo que sucediera en el mundo de Punta Catalina, y el caso Odebretch.

Salud desde lo alto a los ratones políticos que ahora venderán sus votos y aclamarán una postura inverosímil en medio de un tráfago que va más allá del smile o la jugarreta cómica del cherchista. Clamato es una bebida que se le añade a la cerveza, cosa que en dominicana se usa para diferir un jumo –un estado de borrachera– que nadie está en condiciones de olvidar en los próximos meses. Sigan bailando reggeatón, metidos en Facebook y esperando que una magia aparezca o un poeta o un civilista que nos cambie el mundo con su retórica y nos conduzca a otros linderos de evolución para ser felices, comer perdices y sentirnos amados. Todo esto es prestado.