Para las fiestas de Navidad y año nuevo la asistencia a los servicios psicológicos en sentido general suele bajar tanto en la consulta privada como en las instituciones públicas en las que estamos involucrados los profesionales de la conducta. Entre colegas decimos que la gente deja los problemas para enero, los pone a un lado y los retoma más adelante. Es como si le dieran pausa a las tristezas o si se recrearan en la ilusión de que algo mágico pasará  y quedan a la espera de eso por venir que resolverá las situaciones, cuando inicie el año nuevo. Y qué bueno que la gente se da el permiso de disfrutar, pero me toca decir que más temprano que tarde hay que retomar, pues para gracia o desgracia los problemas no se resuelven solos sino que los afrontamos cuando finalmente estamos listos para hacerlo.

En mi experiencia clínica aquellas situaciones que no se pueden postergar son las que se relacionan con amores que terminan, despedidas inesperadas que se dan en esta época del año. Las llamadas de emergencia, las citas sin programar o los encuentros que se solicitan cuando ya estamos de vacaciones suelen tener este motivo. Una tragedia, accidente o muerte tiene esperar un tiempo para la consulta pues hay cosas que hacer y asuntos inmediatos de que ocuparse, pero cuando un amor se va en navidad las personas se quedan perdidas sin saber qué hacer en medio de tanto alboroto, bulla y alegría de la gente. Y por supuesto que las despedidas ocurren en cualquier momento del año, pero en esta época adquieren una dimensión distinta por las expectativas, el contexto y la emocionalidad desbordada que en muchas familias se le da a la navidad.

Solo escuchar, entender, aceptar y acompañar en el dolor, sin juzgar es lo que las personas necesitan en este momento, para más adelante mirar con mayor objetividad la situación. En enero, febrero o más tarde, luego de haber sobrepasado los momentos más difíciles,  están en una mejor posibilidad de mirarlo. ¿Y mirar qué?

– Que es muy simbólico que la despedida llegara en este momento, un tiempo que implica inicio y final de cosas, apertura y cierre de ciclos y que aunque no está en capacidad de verlo ahora, más adelante podrá entender el para qué ocurrió justo en este momento. Al pasar el tiempo podrá agradecer que tuvo un final de año que le permitió iniciar otro sin un tema pendiente por resolver y pudo continuar al siguiente paso.

-Que si ocurrió ahora es porque la situación no soportaba más tensión pues de manera natural las personas postergan estas decisiones en esta época. Luego agradecerán haberse evitado el sufrimiento que implican las situaciones extremas de disgustos.

– Que las personas que le acompañaron en esos momentos difíciles realmente les importa, pues en medio de tantos compromisos le dedicaron tiempo y amor para hacerle sentir bien en medio de la tristeza.

– Que siempre, siempre hay que agradecer haber sido amada y amado. Hay muchas personas que no tienen este privilegio, que nadie en ningún momento piensa en ellas, que no se han enamorado nunca o que nunca nadie se ha enamorado de ellas. Que haber sentido amor, haber sido amada, haber disfrutado, crecido y experimentado el amor es una bendición en el tiempo que duró la relación.  Que toca ahora hacer una lista de los momentos lindos vividos, del disfrute compartido y las lecciones aprendidas. Que el amor es un camino largo, que dura toda la vida y que los seres humanos podemos enamorarnos muchas veces en nuestra historia. Que un amor termina y otro comienza, que talvez es el momento de quererse a sí mismo y crecer mientras llega otro amor. Que el solo hecho de sentir y amar les lleva a una dimensión divina que trasciende y cambia el mundo, no solo su mundo sino el de todas las personas. Que el amor se renueva cada vez y cada día, que no se agota, que podemos dejar de amar a una persona o pueden dejar de amarnos, pero la capacidad no la perdemos, todo lo contrario, se multiplica en cada experiencia de amor.

De manera que todas las personas que perdieron un amor a final de año, dense el permiso de llorar, reconozcan su dolor y más adelante inicien el camino del encuentro con el amor para sí mismos y para la otra persona que está por llegar.