“En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
(Albert Einstein).
Pensamos que todo ser humano involucrado en la sociedad civil o en un movimiento político-social es, por la naturaleza misma de la dinámica de su misión, un optimista. El relieve medular que lo caracteriza es el cambio social. Nos constituimos en gran medida en el apalancamiento potencial de los movimientos sociales progresista, reformista y revolucionario. Terencio nos arropa con su frase “Soy hombre nada humano me es ajeno”.
Miramos en el firmamento, cuasi en medio de un vacío, no observamos nada. Es la gruta de un dejo de tristeza que por instantes nos paraliza al ver el desconcierto de la pesarosa tautología que nos envuelve en la sociedad dominicana. El marco del tradicionalismo inmutable cobra cuerpo como si fuese inevitable el devenir de desconciertos, de acontecimientos que reflejan el peso gravitante de una formación social que se anida en el autoritarismo, en la ventana abierta del peso político institucional del Siglo XIX.
Es la locura demencial de la ideología trujillista: el control y trepidación más conspicua del dominio del miedo. El caparazón cooptado en la dimensión más exigua de la pequeñez de la miseria humana en el Siglo XXI. Desconcierto es mirar la siguiente noticia: militares serán acuartelados desde el viernes en la mañana. Turbación ocasiona oír: 64,000 policías electorales trabajaran en las elecciones municipales.
Nos embriaga la desolación que significa “Presidente JCE advierte a quienes amenazan para presionar el voto” y nos aterra como el Procurador General de la República acomoda la Ley Orgánica 15-19, que en su Artículo 289 explicita “Se crea la Procuraduría Especializada para la investigación y persecución de los crímenes y delitos electorales señalados en la presente ley”. Dicha Procuraduría se regirá según la disposición de la Ley Orgánica del Ministerio Público 133-11 del 9 de junio de 2011. Es pertinente acotar, subrayar que la referida ley fue promulgada el 9 de febrero de 2019. Al momento de salir este artículo, lunes 17 de febrero, habrá cumplido un año y 8 días.
Trémulo de espanto es la visibilizarían de tres videos: Lucia Medina, Marino Collante y Jessica Josefina Peña. Los tres violaron de manera burda y tosca la ley principal de certamen electoral en sus artículos 284 referido a los DELITOS ELECTORALES, el numeral 19 que reza “Los que amenazan, prometieren o acordaren, directa o indirectamente, separar o rebajar de su categoría o sueldo a un funcionario, empleado público o trabajador privado, o procurare que se le separe o se le rebaje de categoría o sueldo, con el propósito de ejercer influencia sobre las determinaciones de dicho funcionario o empleado en el ejercicio de su derecho electoral”.
También transgredieron, vulneraron, quebrantaron e infringieron el Artículo 286: DELITO POR COARTAR EL DERECHO DE ELEGIR “Serán castigados con reclusión de un mes a seis meses y multa de uno a cinco salarios mínimos del sector público, los que teniendo a sus órdenes o a su servicio empleados, trabajadores y otros individuos con derecho de elegir, incurrieren en despedir o amenazar con despedir o imponer cualquiera de estos una pena o rebaja de salario o de jornal, o de otra prestación que le sea debida, por ejercer o impedir libremente el derecho de votar”.
Esa radiografía que retrató al cuerpo social dominicano a través de GALLUP7Hoy nos dijo en una de sus entregas que el 90.3% de los entrevistados percibieron la democracia en República Dominicana, como poco o nada satisfecho. 54.8% se encontraba en poco o nada interesado en los INTERESES Y VALORES RELACIONADOS CON LA POLITICA. Solo un 22.6% señaló que la sociedad dominicana está PROGRESANDO; encontrándonos con que un 22.6% dijo está estancada y un astronómico 54.8% abordó que está en DECADENCIA.
Es el desconcierto de la caverna, del antro social-institucional que nos aniquila pausadamente (CEDEEE, a través de su Vicepresidente, garantiza energía eléctrica el domingo 17 de febrero). Es lo que al mismo tiempo vemos cuando descubrimos que el 25% del padrón electoral son personas que reciben salarios y dinero del Estado. El 28% de los empleos formales corresponden a la Administración Pública. Para Oxfam tenemos 61,000 empleados por cada millón de habitantes. Si dividimos 61,000 entre 7 millones del padrón de las municipales, ya que los dominicanos y dominicanas en el exterior no votarán, tenemos una relación de por cada 8 electores hay un empleado público. Si contamos los que reciben “la protección social”: Solidaridad, Bono gas, Bono luz, que son alrededor de 1, 200,000, esto nos arroja 17.14, que sumados a los 8 nos dan 25 del padrón electoral.
Nos decía Denis Waitley “Son dos las opciones básicas: Aceptar las condiciones como son o aceptar la responsabilidad de modificarlas”. El proceso de mutación interior nos deriva el encanto de la ilusión, de la esperanza renovada, que trastoque esta dura realidad con una modorra institucional que quiebra y resquebraja todo asomo del hálito de vida, debiendo mudar una nueva forma de las relaciones de poder y la construcción de un nuevo paradigma de la confianza entre Estado y sociedad. Regenerar o reemplazar constituye este nuevo espacio. Un persistir para cambiar, innovar. La realidad está ahí. No se bosqueja en el mero espejo. No es dable permanecer frente a él. Nos inmuta y nos hace perder el vigor de lo posible.
El desconcierto nos abruma y nos produce una contaminación visual y una verdadera contaminación sónica que por momentos la ilusión y la esperanza se esconden. Como pequeñas grietas de alegría que se acercan tímidas, temerosas de la realidad que hemos vivido en estos cuasi ocho años. 8 años sin construcción de consensos, de participación en los espacios públicos. Ocho años sin que el Consejo Económico social se institucionalizara tal y como lo expresa la Constitución en su Artículo 251.
¡Este 17 de febrero auguramos que la fauna política- social quede truncada y el pluralismo territorial asome su cabeza como fuente de más participación, más y mejor democracia y menos dominio hegemónico de un solo partido!