A dos años de haber denunciado la situación, la Iglesia todavía continúa con su intento de dominar la Agenda Nacional, como los indios y los espejos. Asonahores y otros sectores y empresarios han denunciado la situación, desesperados pues , este proyecto ley sobre los días feriados atenta contra la economía nacional , y ya ha sido aprobado por los diputados ( chantajeados) y ahora está en el Senado. http://hoy.com.do/asonahores-pide-al-senado-no-mutilar-ley-permite-mover-seis-dias-feriados/ Desde luego estos empresarios le temen a la Iglesia , a su cardenal y a su Opus Dei, y no les dicen estas verdades, por lo que nos toca a los pendejos decírselas en su cara, antes de que venga otro rastrero Wesolowski y nos baje los pantalones.
Veamos, lo que hace dos años denunciamos en Acento:
http://acento.com.do/2012/opinion/205787-denuncia-sobre-anteproyecto-de-ley/
Santiago de los Caballeros, 2 de septiembre 2012
Señor Reinaldo Pared Pérez, Presidente del Senado
Señor Abel Martínez, Presidente de la Cámara de Diputados
Señores Legisladores del Senado y Cámara de Diputados
r.pared@senado.gov.do aa.martinez@camaradediputados.gob.do
Copia a:
Señor Milton Ray Guevara, Presidente del Tribunal Constitucional y Honorables Jueces que lo componen secretaria@tc.gob.do
Conferencia del Episcopado Dominicano confepiscopadominicano@gmail.com
Consejo Dominicano de Unidad Evangélica codue.consejodominicano@gmail.com
Señor Miguel Franjul, Director Listín Diario info@listindiario.com.do
Honorables Legisladores:
Por este medio estamos denunciando que se está tratando de introducir en las cámaras legislativas un proyecto de ley marcadamente “inconstitucional” utilizando medios “indelicados”, valiéndose del nombre de Juan Pablo Duarte como carnada para ocultar junto a él su patente naturaleza inconstitucional por conceder privilegios prohibidos a grupos específicos, contra el principio de Equidad que la Constitución impone; el anteproyecto en cuestión busca modificar la ley 137-97 que rige los días festivos y no laborables de nuestro calendario oficial vigente.
Se está tratando de modificar esta Ley para que vuelvan a ser feriados los días 6 y 26 de enero, fechas conmemorativas de los Santos Reyes y del natalicio de Juan Pablo Duarte. Acaba de ser entregado por el cardenal López Rodríguez a la diputada por el Distrito Nacional, Yudelka de la Rosa, quien se comprometió a someterlo a la mayor brevedad a la Cámara de Diputados.
Queremos puntualizar que:
Primero: Esta propuesta de la Iglesia Católica es “evidentemente inconstitucional” porque introduce en nuestra agenda nacional una “fiesta religiosa particular”, los Santos Reyes Magos, en violación al principio de Equidad por una parte y laicidad del Estado por otra, que postula la Constitución Dominicana. No somos un Estado confesional.
Segundo: La nombrada propuesta “indelicada” pretende pasar a las Cámaras ensamblada y camuflada como un “paquete legislativo”, mediante una vergonzosa maniobra que utiliza el nombre y el aval de Juan Pablo Duarte como carnada y nube de humo para colarse y burlar la Constitución Dominicana. Se trata de ejecutar un “Milagro Parlamentario”.
Un simple análisis demuestra que la propuesta de marras atenta contra los derechos de libertad de conciencia de todos: de creyentes cristianos evangélicos y de otras denominaciones religiosas, de agnósticos y de no creyentes, los que conforman la gama de pensamientos e ideologías que suelen y deben poblar una nación democrática como la nuestra.
De aprobarse, grandes masas se verían burladas y decepcionadas, constreñidas, sometidas a la fuerza a participar oficialmente de ideologías extrañas al carácter “republicano y laico” que proclama la Constitución Dominicana. Y por demás, laceraría la economía nacional al mutilar otra semana laboral adicional por “motivos religiosos particulares”, mermando la producción de riquezas que genera un período laboral continuo, lo que pretende evitar la ley vigente que se busca modificar de forma solapada.
Sin embargo, debemos apelar a la prudencia del Cardenal para que detenga esta “acción inconstitucional e inmoral” en contra de la Equidad que deben gozar los ciudadanos de nuestro Estado laico, valores que de seguro respeta y comparte. Quizás no ha caído en cuenta de que su propuesta constituye un flagrante privilegio a favor de un grupo, a favor de una ideología en particular que la Constitución rechaza; su propuesta conspira contra el “principio de equidad” que defiende la Constitución Dominicana que de seguro él defiende. Por demás, la oferta es un franco irrespeto a la Razón, a la Democracia y a los Derechos Humanos que los propios católicos auspician.
Pero de continuar, debemos sugerirle que su propuesta sea sustentada por argumentos válidos, racionales, de forma independiente, sin necesidad de recurrir a la magna figura de Duarte ni a “instituciones oficiales” respetables que han sido sorprendidas para poder justificarla, para que así aclarado senadores y diputados puedan deslindar “el mito de la realidad”, para que puedan educar y enviar un claro mensaje de “progreso, ciencia y verdad” a los jóvenes, a la ciudadanía que los eligió, para decirles que, lejos del mito supersticioso que habla del “traslado imposible de una Estrella Milagrosa que condujo a los Magos a Belem ”, la figura de Duarte es una realidad inconmovible, más allá de esos personajes harto manifiestamente inexistentes.
No somos un “Estado confesional” que pueda favorecer legalmente a una iglesia o religión determinada; todas las iglesias, todas las ideologías religiosas o no, son iguales ante la ley y debemos respetarlas, una no debe prevalecer para aplastar a las otras con el consentimiento del Estado. Hasta hoy no tenemos constancia de que nuestros legisladores hayan declarado alguna como la Única y Verdadera, con derecho a regir la “agenda nacional” para imponer su “parecer caprichoso y particular”, supersticioso y absolutista, sobre todos los ciudadanos dominicanos. Si eso es lo que pretende la Iglesia Católica que lo proponga oficialmente para darle fin legal a esta cadena interminable de privilegios ilegales interminables de los que disfrutan.
La Iglesia Católica tiene todo el derecho de presentar su propuesta legislativa, pero creemos que sería más honesto y transparente para la nación que la observa, que su cardenal López Rodríguez presente su moción legislativa “separada”, sin mezclarla a la figura de Duarte, dejando muy en claro que no es su intención amilanar a los legisladores y a la sociedad dominicana con la figura del Padre de la Patria. Sería muy saludable y evitaría razonables suspicacias.
Pero, de mantener su propuesta atada a la de Duarte, tendremos que permanecer atentos. Nuestros legisladores (católicos o no) deben dar la clara señal de ser elegidos por ciudadanos laicos para defender un “Estado laico”, como guardianes de la Equidad que manda la Constitución. Debemos permanecer alertas porque sabemos que la Iglesia Católica es capaz de someter voluntades –ya sucedió con el aborto, cuando amenazó y cumplió con su “lista negra de legisladores rebeldes” no genuflexos opuestos a sus dictados- , pero en esta ocasión debemos permanecer firmes y dignos, “honorables”, como se mantuvieron Duarte, Sánchez y Mella frente a aquellas conocidas presiones clericales en contra de la Independencia Nacional, a favor de intereses foráneos, por lo que algunos terminaron en el paredón de fusilamiento.
Respetemos la inteligencia. Está prohibido legislar para un grupo en particular, religioso o no, y mucho menos para una secta excluyente y disociadora que se declara “única representante de Dios sobre la Tierra”. Dentro de los electores existen cientos de miles de votos de ciudadanos de creyentes “cristianos evangélicos” que verían con aprensión semejante adefesio legislativo: el de beneficiar una religión en particular en perjuicio de las otras. Inclusive, la mayor parte de los “católicos de la base” comprenderán la absurdidad de la propuesta de la Cúpula Mitrada, ellos se sentirán avergonzados y alabarán la actitud justiciera y ecuánime de sus legisladores demócratas, como signo de la gobernabilidad y la paz que ellos también anhelan.
¿Acaso estarían dispuestos a otorgarles a los “evangélicos” días festivos inamovibles para resaltar a Lutero y a Calvino? ¿Se opondría la Iglesia Católica? Y si fuese para los evangélicos ¿Lo consideraría violatorio a la Constitución dominicana? ¿Permitirían que usasen el nombre de Duarte?
Sabemos que la Iglesia católica ha sido beneficiada por siglos en desmedro de otras que tienen todo el derecho ser tratadas con equidad, con derecho a ejercer sus facultades ciudadanas de “Libertad de Culto” en un Estado laico, en igualdad de condiciones, sin Concordatos trujillistas, en justa competencia, como establece la Constitución de la República en su principio de Equidad.
Por ello mis apreciados Legisladores hacemos esta denuncia, como ciudadano, en nombre de la razón, por la transparencia, por la gobernabilidad, por el equilibrio justo que garantiza el libre juego y difusión de las ideas, en nombre de la libertad de cultos, como sociedad civilizada que somos y que debemos conservar.
Demos a Dios lo que es de Dios y al César lo del César. Nuestro Estado es diverso, no confesional ni unánime, totalitario.
Atentamente:
Guido Riggio Pou