Nueva York.- Trujillo controló el país por 30 años, su caída dejó un vacío de poder, luego de 25 años de control, los Clinton dejaron el Partido Demócrata en un insondable vacío. Está devastado, atomizado, sin discurso, ideología, rumbo, dirección ni brújula.
Hoy, el partido tiene mas de 20 candidatos enfrascados en una campaña anticipada, recaudando fondos, sin propuestas, con el único objetivo de “vencer” al presidente Donald Trump.
Si los demócratas siguen así, en el 2020 los trumpistas, cual trujillistas, cantarán, “recogiendo limosnas no lo tumban”.
Quizá convencidos de que no sacarán a Trump del poder con la historia de la conspiración rusa, queiren sacarlo en las elecciones. Pero no dicen para qué.
Se parecen tanto a Trump, proponiendo eliminar el seguro médico conocido como Obamacare sin proponer alternativas. Ningún demócrata propone nada, nadie dice qué hará si gana.
Su campaña anticipada, atomizada, desorganizada, desesperada y sin propuestas, sólo busca sacar a Trump de la Casa Blanca.
Generalmente los aprestos de las campañas presidenciales empiezan dos años antes de las elecciones, después de las elecciones congresuales. Ahora empezaron antes de las congresuales, con más de tres años de anticipación a las presidenciales.
Entre los más de 20 aspirantes se destacan tres senadoras, Kirsten Gillibrand, de Nueva York, Elizabeth Warren de Massachusetts, y Kamala Harris de California.
Ninguna anuncia públicamente sus aspiraciones, pero Harris se mueve desde California, en la costa Pacífica, hasta Boston y Long Island, Nueva York, en la costa Atlántica, recaudando fondos. Warren salió de Boston en el Atlántico, para trasladare a California, buscando fondos. Gillibrand sigue en Nueva York, pero tiene más dinero del que necesitará para su reelección del 2018.
Y mantienen vigencia los mismos viejos soretes de siempre, Bernie Sanders y el ex vicepresidente Joe Biden. Los demócratas están extremadamente atomizados y desesperados.