El único aporte dominicano a la ciencia del Poder (vigente desde Pedro Santana hasta Danilo Medina) es de una simplicidad encomiable, aunque de difícil emulación en la mayor parte del planeta. La principal tesis de la ciencia del Poder a la dominicana, producto de 175 años de práctica casi continua, reza: “Para gobernar con comodidad y sin estorbos, debes dominar todos los Poderes del Estado, sean tres, cuatro o cinco, pues la dizque separación de los poderes es una patraña inventada aviesamente por quienes conspiran contra el buen gobierno, aquel que se basa en la estricta voluntad del Soberano. Y punto”.