Apagones sin solución. Curas pederastas impunes. Basura hasta en la sopa. Corruptos arrastrándose de risa. La Justicia hecha una porquería. Ausencia de autoridad en las calles. Fondos para que se pensionen los banqueros. Bandas de policías ladrones y asesinos. Y, como si fuera poco, suben el dólar, los alimentos, los combustibles, el desempleo, los impuestos. Y agregue los feminicidios, los embarazos de adolescentes, el cólera, los atracadores, el calor…¡Basta!…Es como para plantarse tres veces diarias en  medio de la calle y, como sugiere Miguel Guerrero, gritar a todo pulmón: ¡¡Coooooooññññññoooooo!!