La Fundación Abriendo Camino celebró su decimoquinto aniversario en Villas Agrícolas con la inauguración de un rincón de lectura y una biblioteca agrandada.

La institución inició sus actividades en el año 2002 en un edificio de dos plantas, con muy escaso personal y dos proyectos: establecer una Biblioteca y crear un centro de formación técnico profesional colaborador de INFOTEP.

Nada funcionó exactamente como se había previsto. INFOTEP dio mucha carpeta en los inicios y la biblioteca tan soñada no ofrecía ningún atractivo para los niños, niñas y adolescentes que la veían solamente como un magnífico espacio de chercha, a tal punto que quedó desesperadamente vacía cuando se habló de leer.

Sin vacilar, cambiamos estrategias. Abandonamos, de manera momentánea, el sueño de una gran biblioteca y subimos paredes para crear aulas y enfocarnos en una cuestión esencial que no habíamos contemplado desde un principio: dotar a nuestros pequeños usuarios de las habilidades lingüísticas y sociales necesarias para la lectura que les faltaban.

Fue gracias a este tropiezo inicial que ganamos una experticia en lectoescritura y matemáticas y de este primer programa se han desprendido todos los programas y proyectos que hemos desarrollado en estos quince años. Esta situación nos permitió entender lo fundamental y es que no hay soluciones enlatadas y que es a partir de la gente que se construyen los proyectos.

Sin lugar a dudas nuestro crecimiento ha sido el fruto de nuestra perseverancia, de la capacidad de ponernos en entredicho, de siempre consolidar lo adquirido, de construir sobre bases certeras y de adaptarnos a los cambios sociales. Siempre nos hemos adecuado a las necesidades de la comunidad y debemos nuestro éxito en gran parte a la gente de Villas Agrícolas, a su acogida y a sus enseñanzas.

Gracias al esfuerzo de nuestros colaboradores y colaboradoras, de un equipo  maravilloso y acoplado a nuestros objetivos, hemos podido impactar las vidas de miles de personas, ya sea a través de nuestros espacios de nivelación escolar y de apoyo psicosocial, ya sea mediante los cursos técnicos profesionales o las clases de artes e inglés, del Club de Adolescentes, de nuestra Big Band, del huerto urbano en azotea y de nuestro proyecto de reciclaje en acuerdo con la Fundación de Saneamiento Ambiental de la Zurza (FUNDAZURZA), de las ferias de empleos que llevamos a cabo desde hace dos años, de nuestro coro que ha trascendido los límites de Villas Agrícolas.

Nuestro programa de becas ya nos permite tener jóvenes trabajando a nuestro lado y graduados universitarios que se caracterizan por querer devolver a la sociedad y a la Fundación lo que esta ha sembrado en sus corazones. Por variados que puedan parecer nuestros programas, estos tienen siempre como hilo conductor la promoción de los derechos, propósito que compartimos con nuestros aliados de la Coalición de ONGs para la Infancia.

Hoy, la Fundación tiene un edificio de cuatro pisos y un huerto en el techo, un parqueo techado para actividades, un equipo de trabajo fijo de 39 personas al que se suman 8 voluntarios, una población de 227 niños, niñas y adolescentes en nuestros programas de nivelación escolar, 132 en los programas sabatinos y en las actividades culturales 50 en el club de adolescentes, 687 estudiantes en el programa sostenido por INFOTEP, 330 en el campamento de verano. Provenientes de todas las escuelas del barrio se registran un promedio de 100 usuarios por día en la biblioteca, y nuestra trabajadora social visita mensualmente un promedio de 120 familias en situación de extrema vulnerabilidad.

Esperamos así cumplir con nuestra misión que es la de ofrecer alternativas de protección y educación integral a niños, niñas, jóvenes y sus familias de este sector urbano y vulnerable para que desarrollen su potencial y disfruten de una vida digna apoyándose en valores de solidaridad, inclusión, innovación, integridad, responsabilidad y cultura de paz.

A veces nos enfrentamos a momentos de angustia frente a los desafíos y a las limitaciones institucionales. Por ello queremos extender un agradecimiento especial al Hogar Renacer y a la Fundación ENED que nos han procurado soluciones cuando se ha tratado de alejar de sus familias a niños y niñas víctimas de abusos, y encontrarles un hogar

Para cohesionar a todos los actores del barrio en torno a metas comunes, iniciamos un proyecto piloto patrocinado por la Fundación Air France para un “Barrio libre de violencia contra la niñez”. Es un proyecto de prevención, formación, detección y orientación a través de una campaña de sensibilización, con talleres para padres y formación de maestros en las escuelas para la detección y el manejo de los casos de abusos, así como la creación de una instancia local de protección articulada con las escuelas, el CAIPI, las juntas comunitarias, el sector privado y el poder Judicial para encontrar soluciones integrales adaptadas a las necesidades de los menores.

Nos proponemos también salir de nuestra zona de confort para alcanzar una población infantil y adolescente que vaga por las calles y que, por su vulnerabilidad extrema, no podemos atraer intramuros. Se trata de disponer de un equipo móvil que se desplazará por puntos neurálgicos del barrio, como el Mercado de la Duarte o Barrio Sucio, con actividades culturales y alfabetización, prevención de salud y charlas de educación sexual.

La Fundación ya tiene 15 años, es una adolescente motivada y atrevida que mira hacia el futuro para emprender nuevos proyectos y hacer nuevas alianzas estratégicas y que se propone ser todavía más creativa, más proactiva, más propositiva para hacer oír su voz y exigir, junto a otras organizaciones de la sociedad civil, un cambio de prioridades en las políticas públicas de lucha contra la pobreza y la corrupción