Más resistentes que el acero, más duraderos que la tortuga, más firmes que el roble centenario, más tenaces que la tenacidad y más tercos que la terquedad. Me refiero a los decanos de la lucha por un sueño revolucionario irrenunciable en el que se han sostenido por setenta años (¡siete largas décadas!), a pesar de tantas renuncias, olvidos y engaños…Y ahí siguen como el primer guandul, cargados de historia, de cicatrices, de recuerdos trascendentes, de gestas, de gritos y puños en alto. Sí, tres generaciones de aspiraciones patrióticas resumidas en dos nombres: Fidelio Despradel y Fafa Taveras.