Carta pública al embajador de la República Bolivariana de Venezuela en la República Dominicana
Sr. Alberto Castella
Embajador
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela
Avenida Anacaona #7, Mirador Sur
Santo Domingo, República Dominicana
Sr. Embajador:
I)
Queremos expresar, públicamente, nuestro más profundo repudio a la presencia de Leonel Fernández Reyna en la celebración del 60 aniversario del nacimiento de Hugo Chávez, revolucionario y prócer latinoamericano que encarna la expresión más acabada de la solidaridad, el compromiso, el integracionismo y la lucha contra el imperialismo; honra de Venezuela y del mundo.
Esta expresión de indignación, por el descaro del expresidente dominicano de presentarse al acto de solidaridad con la Revolución Bolivariana y en conmemoración de los 60 años del natalicio de Hugo Chávez, recoge el malestar de los seguidores del comandante y del proceso revolucionario bolivariano, que no podemos dar crédito a las palabras expresadas por un farsante que denigró, no solo ante la embajada americana en la República Dominicana sino, por medio de escritos y discursos, la figura querida, admirada y respetada de uno de los más grandes prohombres de América.
El cinismo, intrínseco en cada manifestación del Dr. Leonel Fernández, no es más que la culminación de un proceso de perfeccionamiento de la simulación y el teatro que lo han acompañado desde que asumió por primera vez la presidencia de la República Dominicana el 16 de agosto de 1996.
El 6 de septiembre de 2011, y bajo la firma de Carolina Batista, «Acento.com.do», periódico digital dominicano que reseña estas líneas, publicó la siguiente información: "Wikileaks: Reinaldo rehúsa hablar sobre declaraciones de Leonel sobre Chávez", en la que sale a relucir el ruin y cobarde comportamiento del Dr. Fernández al comunicar, a los rectores de la embajada americana en la República Dominicana, su parecer acerca de quién transformó a Venezuela y a Latinoamérica con el socialismo democrático y la lucha constante por los desposeídos.
A continuación, señor Alberto Castella, algunos párrafos de la publicación de Acento que encierran las abominables y turbias palabras de esa mezquina figura que estuvo junto al presidente Nicolás Maduro rindiendo homenaje a Hugo Chávez el 28 de julio:
«El presidente dominicano Leonel Fernández, a pesar de que en público aparece como amigo de su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, en secreto tiene opiniones muy negativas sobre el líder de la Revolución Bolivariana. Un cable de la Embajada de Estados Unidos en Santo Domingo, fechado el 29 de junio de 2005, y numerado 3408, señala que en una reunión con funcionarios de la legación diplomática, el presidente Fernández dijo que el presidente Hugo Chávez “es intelectualmente débil”, y que incluso tiene problemas para poder elaborar “argumentos coherentes”. El gobernante dominicano, según el cable, comentó que Chávez tiene la tendencia a hablar durante horas en las cumbres regionales, pero frente sus homólogos es renuente a hablar, y cuando lo hace se queda en generalidades.
«“Como resultado, Fernández y otros líderes de América Latina ven a Chávez en un nivel intelectual inferior a ellos mismos y en privado se burlan de la incapacidad de Chávez para articularse de una manera inteligente”, precisa el cable…
«Asimismo, expone que el gobernante dominicano comentó que líderes como Chávez siguen viviendo en el pasado, creyendo que las ideas de la década de 1970 siguen siendo válidas en la economía actual. Fernández señaló que nunca ha visto una definición de la ‘Revolución Bolivariana’ de Chávez y lo criticó por no ser capaz de articular los conceptos que definen la esencia de la ‘Revolución Bolivariana’…».
Pero hay más, embajador Castella, del comportamiento de ese simulador que abrazó a su presidente en al acto en el que se celebraron los sesenta años de Hugo Chávez. Cuando se le confronta con el escrito "Hugo Chávez y el arte de gobernar”, que publicó para los primeros días del 2002, el Dr. Leonel Fernández pone al desnudo su timidez, falta de compromiso e intenciones oportunistas cada vez que Hugo Chávez y Venezuela abanderaron reivindicaciones regionales. Es exactamente lo que hizo en sus discursos ante la Cumbre de los No Alineados, en La Habana, Cuba, a mediados de septiembre de 2006 y en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, pocos días después, en su sede principal en la ciudad de Nueva York.
El doctor Leonel Fernández publicó un artículo en el Listín Diario, que luego formó parte de un libro titulado ‘Nuevo Paradigma’, que debió haber sido una carta privada entre dos políticos del área. La finalidad no era alertar al presidente de Venezuela en su "lucha permanente contra las instituciones de la sociedad", en su lucha contra todo lo que signifique oposición a mejores condiciones de vida para la mayoría de los venezolanos… la finalidad era buscar protagonismo público frente a una realidad que pudo plantearse fuera de los medios.
El análisis que hace a las ejecuciones de Chávez, desde su punto de vista, es uno ruin y mezquino; procede de forma muy parecida a los que predicen, cada comienzo de año, desastres naturales, muertes y asesinatos. El juicio que emite es similar al de los que pronostican un terremoto en California, la muerte de Fidel Castro o el triunfo de los "Yankees" en una Serie Mundial. Si se vive toda la vida en el agua lo más probable es que ésta, en una forma u otra, nos moje.
Gobernar sin luchar permanentemente contra las instituciones podridas de la sociedad es lo que igualó los gobiernos de Leonel Fernández con anteriores; República Dominicana es un Estado sin instituciones en el que nada funciona como debería. Ni siquiera se puede confiar en aquellos que están para proteger los bienes y propiedades tanto del propio Estado como de sus ciudadanos, que son sus componentes principales.
Juan Bosch, que encontró en Hugo Chávez a su verdadero discípulo, dijo en varias ocasiones que si le hubiese interesado ser presidente de la República Dominicana lo hubiese logrado… pero también dijo que no tenía sentido gobernar por gobernar, gobernar para las mismas clases que han sido las dueñas del país desde que nos constituimos en Estado soberano. ¿Sabe usted, Sr. Embajador, que Leonel Fernández encarnó tres gobiernos en representación de la clase oligárquica? ¿Sabe usted que Joaquín Balaguer era el representante natural de la oligarquía y que, con su muerte, el Dr. Fernández pasó a sustituirle en las funciones de facilitador de más poder y más riqueza? ¿No es esa misma clase oligárquica la que combatió Chávez? ¿No es esa misma clase oligárquica la que combaten Nicolás Maduro, su presidente, y la Revolución Bolivariana? ¿No es el objetivo final de la Revolución Bolivariana combatir a la clase oligárquica que ha esclavizado al pueblo venezolano por décadas?
Continuará…
Ing. Nemen Hazim Bassa
San Juan, Puerto Rico
30 de julio de 2014