Después de casi un año sin pisar la escuela los sistemas educativos se enfrentan con el desafío de volver a abrir sus puertas, teniendo presente que se trata del surgimiento de una “nueva escuela”, con cambios que serán posiblemente para siempre, impulsados por la necesidad de aprender y enseñar de una manera diferente.
De repente los sistemas educativos de la mayoría de los países se han visto obligados a enseñar de manera remota, mediante la modalidad una “educación en línea de emergencia” para los estudiantes y profesores que no pudieron continuar sus actividades escolares de manera presencial debido a la pandemia de la COVID-19.
Sin embargo, la pandemia despertó la conciencia de la valoración social de la escuela como espacio para aprender a vivir con otros, para aprender a pensar y cuestionar el mundo. Así como la importancia de los profesores para educar para la escuela y para la vida, procurando espacios de capacitación docente para promover la integración efectiva de tecnologías digitales a la enseñanza, desde un punto de vista pedagógico.
En este regreso a la escuela se recomienda tener en cuenta dos dimensiones: el bienestar general y los aprendizajes. En relación con el bienestar, en una primera instancia serán los profesores quienes hagan una valoración socioemocional de los estudiantes y los motivarán para que asuman los protocolos sanitarios de lugar.
El “nuevo profesor” deberá poner la mirada en las TICs sin sentirse atrapado por ellas. Necesita principlamente una formación o alfabetización que lo capacite para emplear de la forma más eficiente posible los nuevos recursos tecnológicos, asumiendo además el rol de proveedor de contenidos, tutor facilitador del aprendizaje, evaluador de los aprendizajes de los estudiantes y soporte técnico ante las posibles dificultades de los estudiantes en el nuevo esquema híbrido de presencialidad y virtualidad.
Aquí en el país, producto de la rapidez de los cambios generados en tan poco tiempo, que gira en torno a los beneficios y la influencia de la tecnología aplicada al aprendizaje, se procedió al uso masivo de los medios radiales y televisos, con una preparación escasa de los estudiantes, los profesores y los padres.
En esta coyuntura llegó también la tablet o tableta. Pero sólo para una parte de la población docente y estudiantil. Dado lo novedodo de su introducción al proceso educativo era de esperarse el debate un tiempo debido para su adaptación.
En este escenario surge la pregunta de si existe alguna diferencia entre aprender con una tableta o hacerlo con un libro de texto. Al respecto el neuropsicólogo José Antonio Portellano. Especialista en Psicología Clínica, Neuropsicólogo Profesor Titular de la Universidad Complutense de Madrid sostiene que “desde el punto de vista neuropsicológico, la utilización de libros de texto y tabletas son cerebralmente complementarios y no excluyentes”.
Afirma además que “el uso de tabletas no influye negativamente en los procesos de aprendizaje”. Aboga por aprender a usarlas correctamente y demanda un mayor tamaño de estos dispositivos. Los de ahora pueden “producir una excesiva fatiga visual”. Sin satanizarlas, hagamos el análisis sereno de su verdadera utilidad escolar.
Las tabletas deben ser vistas en el contexto de la educación virtual y usarse como soporte, del aprendizaje y la enseñanza, sin sustituir al profesor, al libro de texto y otros recursos tradicionales. Es importante que los alumnos que la usan no pierdan por completo el contacto con los libros de texto y la escritura.
Sobre la dimensión educativa de la tablet la educadora dominicana Sagrario Tejeda, licenciada en Educación y Estimulación Temprana sostiene que “la tablet es una herramienta que abre una ventana al mundo pero también puede cerrarla si no se utiliza correctamente. El profesor debe estar preparado para enseñar a los estudiantes su uso correcto, pertinente y eficaz”.
El ingeniero José Antonio Lomba, profesor de Calidad y Productividad en el INTEC, con Maestria en Logística de la Universidad de Comillas, España, sostiene que “las tablets en general son prácticas para transportar y ver videos o para aplicaciones (apps) en las que la interacción de escritura del usuario es de mediana a reducida. Las aplicaciones que se usan para hacer trabajos en Microsoft Oficce o las aplicaciones de Google Suite traen una versión limitada en cuanto a herramientas y funciones”.
El profesor dominicano Noel Pérez, residente en Estados Unidos, graduado del Brooklyn College de la Universidad de Nueva York expresa que “es imposible nadar contra de la corriente de la tecnología. El uso de las tablets en el ámbito escolar no debe asumirse como un instrumento al servicio de la comodidad del estudiante y del profesor, sino como un instrumento de comunicación útil pero limitado, que no supera las manifestaciones culturales vivas ni sustituye los encuentros humanos”.
El libro de texto es un recurso necesario para el aprendizaje y la enseñanza. Llega a lugares donde no hay conectividad o donde tienen poco alcance e impacto otros medios técnicos y de comunicación utilizados actualmente las autoridades educativas, al tiempo que sirve de guía y facilitador a profesores, estudiantes y padres de familia.
Recientemente tres destacados académicos dominicanos enfatizaron la necesidad de dotar a las escuelas públicas de libros de texto como una prioridad que conjuntamente con la tecnología aplicada al aula puede servir de soporte a la calidad de la educación dominicana. Enfatizatizaron la importancia de dotar a los estudiantes dominicanos del sector público de libros de texto, y que el retraso que se observa en este sentido debería superarse en el próximo año escolar.
En el marco del “Foro Nacional sobre el Libro de Texto”, el doctor Radhamés Mejía, exrector de la Universidad APEC y miembro del Equipo Coordinador de Inciativas Dominicanas para la Calidad de la Educación, IDEC; la doctora Dinorah García, rectora del Instituto Superior de Educación “Pedro Poveda” y la doctora Leonor Elmúdesi de Bancalari, doctora en Educación de la Universidad de Murcia y directora del Colegio Lux Mundi, manifestaron su preocupación por la exclusión del libro de texto en las escuelas públicas y alentaron a la solución de este problema.
Resulta promosorio el anuncio que hiciera el Ministerio de Educación, MINERD, a través de la Dirección de Comunicaciones y Relaciones Públicas de que en el año escolar 2021-2022, el MINERD adquirirá libros de texto para todos los estudiantes de las escuelas públicas. ¡ Arrimemos nuestro hombro al análisis y a la solución!