Nueva York.-La elección de Bill de Blasio a la alcaldía genera muchas expectativas, porque el primer demócrata electo en 20 años prometió reducir la brecha entre ricos y pobres. El 73% de los neoyorquinos votamos por esa promesa de de Blasio, un buen amigo de los Sandinistas nicaragúenses.

Votamos contra 12 años del alcalde Mike Bloomberg acumulando riquezas; su fortuna personal creció de $4.500 a $32 mil millones durante su gestión.

De Blasio sedujo los votantes prometiendo una mejor distribución de riquezas. Los sindicatos lo apoyaron masivamente, Bloomberg se economizó muchísimo dinero negándose a renegociar contratos laborales.

Renegociar unos 100 contratos laborales, pagando miles de millones en retroactivos en una ciudad que Bloomberg deja al borde de la bancarrota, requiere magia y milagros. Al final del invierno venidero de Blasio tendrá que invertir muchísimos millones en repaciones de calles.

De Blasio prometió aumentarle los impuestos a quienes ganan mas de $500 mil para financiar educación pre-escolar para todos los niños noyorquinos.            Este nuevo rumbo de la historia provocará muchas sorpresas en el futuro inmediato. Hillary Clinton, por ejemplo, con más de 20 años en Washington es parte del establishment, y empieza a perder popularidad.

Los Clinton propusieron que Hillary fuera la candidata a la vicepresidencia el año pasado, para que heredara la candidatura presidencial, pero un haitiano, Patrick Gaspard, lo impidió. Gaspard, director de la campaña de Obama, demostró que Hillary no sumaba nada.

Gaspard, actual embajador estadounidense en Sudáfrica, vino exclusivamente a dirigir la campaña de de Blasio.

Los Clinton, convertidos en derecha demócrata con múltiples privilegios  de “clase gobernante”, no quieren cambiar nada, ellos están contra la historia.

¿Cómo reducirá de Blasio la brecha económica entre Wall Street y El Bronx?, el país y el mundo estarán bien atentos a lo que pasará en Nueva York.