Debe saber, quien no lo sepa, que Danny Rivera es un hombre de alto nivel de conciencia que lleva la patria de Betances y Albizu Campos, libre y soberana, en el corazón; que pagó con cárcel su iracundia el reclamar patria ante la soldadesca norteamericana ocupante de Vieques; que es defensor de las causas más justas de la humanidad en todas sus líneas cardinales; que no renuncia a la alegría de compartir su amor por la vida y los derechos humanos  desde su otra patria: República Dominicana, de la que es hijo adoptivo, para orgullo nuestro.