Según los resultados de la última Encuesta Gallup/Hoy, el presidente Medina pasa el examen con 86% de aprobación de la población, al tiempo que un  73% dice que éste le inspira confianza. Sin embargo, debe explicarse por qué en ese examen el país repite sus malas notas en materias básicas: un 70% de la población estima que la situación económica del país está mal, más del 90% se queja del costo de la vida y el 83% percibe que se incrementa el desempleo.

Muchos se  preguntan por qué las buenas notas del presidente, si además de las malas notas en economía, un  78% dice que se ha incrementado el narcotráfico y un 73% la corrupción y un el 86% percibe un incremento de la inseguridad ciudadana. La respuesta no es fácil, porque uno de los principales problemas que tienen las encuestas es que no siempre es fácil explicar los números que estas arrojan y porque muchos de quienes los interpretan sacan conclusiones a veces extremadamente simples y fáciles.

En general, aquí los políticos lo primero que hacen es descalificar las encuestas cuando estas arrojan datos que les desfavorecen, eso es más fácil que hacer una lectura, a través de la cual podamos acerquemos lo más  posible a la realidad de lo que dicen los números. En el caso de la referida encuesta, no creo que tenga la inconsistencia que algunos le atribuyen, porque el actual contexto político del país y el estado de postración de la sociedad, en gran medida pudo ser factor determinante para las buenas notas obtenidas por el presidente Medina.

Las sociedades tienden a proteger la investidura del Presidente y de manera no siempre consciente, también a este. Por eso, los malos casi siempre son quienes lo rodean, las culpas generalmente son de los "otros". Ese factor, más el hecho de que Medina ha querido hacer ostensible sus diferencias de estilo, administrativo  y conceptual sobre el poder con el ex presidente Fernández, algo dicho por un 80% de los encuestados, explica la buena opinión que sobre él tiene la población.

También, son factores que explican su buena nota, su posición frente a la Barrick Gold, el fraude de Bahía de las Águilas y la colocación de figuras de incuestionable y bien ganado prestigio en algunas esferas de su gobierno,  además de sus visitas "sorpresa", que generan esperanzas y confianza en la población, un 73%. Pero, el impacto de esos factores se hubiesen limitado sustancialmente si el PRD no se encontrara postrado y en un proceso de sostenido descalabro, del cual no es ajeno el PLD y el mismo Medina.

En esa circunstancia, con una amplísima estructura mediática heredada del pasado gobierno y reforzada por el presente y unos sectores  políticos que se reclaman alternativos, pero  incapaces de articular un proceso unitario eficaz y con reales perspectivas de ser alternativa, cualquier presidente saca buenas notas. Desunidas, esas fuerzas difícilmente podrán producir un cambio  de rumbo del país aprovechando el descontento que sobre su situación e incertidumbre sobre el futuro del país tiene la población.

La discusión sobre los resultados de la Encuesta Gallup/Hoy, no puede ser limitada al evidente contraste que arrojan los números sobre el descontento que sobre su situación tiene la población y la alta valoración que esta tiene del presiente Medina, sino a las causas que podrían estar determinando ese aparente contraste.

Existen razones de peso que podrían ser las determinantes de este aparente contraste y me parece que la principal es la inexistencia de una real oposición que ponga en evidencia que el gobierno de Medina, en esencia, es la continuación del pasado y que su gobierno se asienta en la estrategia de poder absoluto del PLD, de la cual Medina es uno de sus  principales artífices.

Desafortunadamente, seguimos cada quien caminando su propio camino, cociéndonos en inútiles salsas.

Esta también puede ser una lectura de esta última Gallup/Hoy.