Siempre tenemos la oportunidad, en cualquier momento de nuestra vida y por situaciones inesperadas, de aprender cosas nuevas, que no sabíamos, ni pensábamos que aprenderíamos. Una de ellas puede ser la crianza de mariposas. Las mariposas son una de las especies de insectos más abundantes entre este tipo de animales, con cerca de 165 mil especies. Su beneficio está en la labor de polinización que realizan en las plantas de las que se alimentan, a pesar de que también, pueden convertirse en peligrosas plagas para determinados cultivos agrícolas.

Desde hace un tiempo que he estado involucrada en el desarrollo de un jardín de mariposas, con la suerte de tener cerca una planta que alimenta a las orugas, fase larvaria de su metamorfosis. Así que las encuentro pequeñitas en las hojas de la naranjilla de ese patio y las colecto junto a las hojas que les sirven de alimento. Las coloco en una pequeña caja con abundantes hojas y una superficie humedecida. Son muy glotonas, comen mucho para crecer y desarrollar a la mariposa en que se convertirán en el transcurso de tres a cuatro semanas. Estas mariposas, específicamente, son las papilios del limón, con fondo negro y manchas amarillo claro.

Y siempre había tenido ese curso constante de aparición, extracción y colecta de las orugas para alimentar hasta ver nacer de la crisálida, ya en el jardín, a las mariposas. Hasta hace dos meses que, de repente, no aparecían las orugas. Si recordamos, la influencia del cambio climático hizo que las temperaturas en la ciudad bajaran más de lo habitual para esta época del año. El tiempo de la metamorfosis depende de la temperatura. Así que las larvas, sin más, desaparecieron durante estos dos meses de invierno. Hasta que dejamos de ver volar a las mariposas en el jardín. Pensamos que algo no estábamos haciendo bien, hasta que lo verificamos.

Las mariposas se han detenido en su desarrollo de acuerdo a la conveniencia de su supervivencia. Por la temperatura. Ya que estamos en marzo, cuando la temperatura debe comenzar a subir, ellas reaparecen. Y lo han hecho. Podremos volver a tener a nuestras lindas mariposas revoloteando en nuestro jardín, para cuando se nos pase la cuarentena.

La fase estacional de las mariposas, su receso de reproducción por el invierno nos trae a la reflexión del período que hoy vivimos. En el término de poco más de una semana, un problema que para el mundo había sido de China, repentinamente nos llegó a todos. Pienso, que nuestro país es víctima hoy de la pandemia del Covid-19 por la irresponsabilidad de las autoridades gubernamentales, tanto en la toma de decisiones centrales, como especializadas del incumbente de Salud Pública, por la pasividad y permisividad en el trasiego de posibles portadores sanos del virus. De igual manera, dar mayor importancia al sector turístico frente al mantenimiento de la salubridad y la sanidad de nuestra población, es un error imperdonable. Pero ahora se dirá que no se deben buscar culpables. De cualquier manera entraría alguien y regaría la epidemia en nuestro país, como la artista ésa, o modelo, que jamás se volvió a mencionar.

Esta cuarentena obligada debe servir a la reflexión. Es asombroso cómo todo se centra en la situación económica mundial que se resiente por la situación de que tantas personas se enfermen y mueran. Se habla de la ralentización de las actividades productivas y de las pérdidas económicas del sector financiero. SE HABLA DE QUE LOS RICOS PIERDEN DINERO!!!! Pierden dinero? Y cuántas personas tienen hambre en el mundo en cada día de todos estos días de epidemia y de pandemia en que nos preocupa que el precio del petróleo baje y que los sistemas productivos no mantengan el sistema financiero en funcionamiento? Acaso el sistema financiero produce la comida que necesitan las personas que tienen hambre en el mundo? La gente necesita TRABAJAR para recibir DINERO para poder adquirir los ALIMENTOS. Es que el sistema de producción de alimentos que necesita la población mundial y el sistema de producción de bienes que se venden en la bolsa de valores son diferentes y este último importa más que el primero? Acaso nos hemos dado cuenta de en qué eslabón de qué cadena socio productiva estamos engrampados para desarrollar nuestra vida?

Las mariposas han detenido su reproducción por el frío. Y la cuarentena, con el bombardeo de información sobre la CRISIS ECONÓMICA que ha provocado la pandemia me hace pensar. Dependemos del trabajo para producir riqueza a un sistema improductivo de cosas innecesarias cuando lo necesario ni siquiera constituye una preocupación. 820 millones de personas sufren hambre en el mundo y 2000 millones sufren su amenaza, según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Para más acercamiento, en nuestro país el crecimiento económico pasa de un 7 a un 5% en los últimos tres años, sin embargo existe una población de 1.3 millones de personas que padecen hambre. Pero esta situación no constituye un atractivo para difundir por los medios de comunicación, como los son las pérdidas económicas del sistema financiero por la pandemia del Covid-19.

Entonces estamos aprendiendo otra cosa nueva, si nos damos cuenta de que los sistemas de producción de alimentos en el mundo no revisten la importancia que tiene el sistema productivo de los derivados del petróleo, por ejemplo. Si con este bombardeo noticioso sobre la crisis económica que ha provocado la pandemia nos hemos dado cuenta de que la producción de alimentos no es algo importante, pero sí lo es producir para las empresas, aunque lo que nos pagan no alcance para adquirir alimentos saludables que nos permitan desarrollar nuestra vida dignamente.

Al igual que las mariposas, debemos hacer una metamorfosis que nos detenga a promover un cambio en esta realidad, al menos en nuestro país, que nos concierne. Que se importantice el sistema productivo de alimentos a la población para resolver el problema del hambre. No es posible producir riquezas innecesarias, mientras paralelamente existen poblaciones con importantes carencias, y que sólo se visibilizan en una situación de pandemia como la que hoy enfrentamos. Tomemos un receso invernal, como las mariposas.