¡Nos urge la ejecución!
Hablaré por experiencia propia y compartida. Soy mucho de pensar y analizar, y “hacer” a veces se convierte en una lucha constante: poder llevar ese pensamiento a la ejecución. La ejecución es una habilidad que las personas prácticas y muy funcionales desarrollan muy bien. Sin embargo para las personas que les gusta mucho la teoría o el conocimiento, tomar decisiones se puede convertir en algo difícil. Este fin de año 2018, personalmente, me he propuesto a parte de aprender y crecer, ejecutar, hacer, desarrollar, implementar y cada acción que signifique materializas mis metas, sin pensar tanto en el resultado. ¿Fuerte, verdad?
En nuestro caso, como emprendedores y profesionales, la ejecución es parte esencial de nuestras vidas. ¿Pero qué pasa cuando la planificación paraliza la ejecución? Y somos buenos pensando y no actuando. Nadie ha dicho que es malo analizar, pero ¿cuánto de nuestro tiempo está dedicado solo a pensar?
No sé el análisis estadístico, pero las organizaciones necesitan ejecución y una eficiente. ¿Te sucede esto en el día a día, que los proyectos se quedan más en ideas y planificación que ejecución? ¿Eres de los que tiene la agenda llena de notas y cuando vas a la práctica te quieres volver loco? ¿Te enamora planificar pero te da tedio ejecutar?
Este es buen momento, este final de año para analizarte y reflexionar, y recuperar 100% tus proyectos. ¡Creo que la vida nos pide ahora más que nunca ver resultados! Te confieso que es mejor meter la pata y ejecutar que pensar en hacer las cosas de las mil maravillas. ¡Eso es puro apego!
Tenemos la tarea de enfocarnos en prioridades y cosas puntuales que nos ayuden a llevar a fin nuestras metas y sueños. Teoría y práctica, llevarlas de la mano y hacer que se asocien para nuestro beneficio. ¿Qué ideas te puedo compartir?
- Colocar metas alcanzables, medibles y específicas.
- No colocarte más de 4 cosas extensas en la agenda del día.
- Procurar tachar pendientes y no dejar acumular otras tareas.
- Delegar al equipo, confiar en el poder del trabajo en equipo.
- Ejercitar el músculo de la ejecución. Hacer más y pensar menos.
- Asignar tiempos a cada tarea y monitorearlo.
- Tener un espacio de trabajo limpio y organizado.
- Tener una agenda que se adapte a tu tipo de pensamiento y organización.
Parece que has escuchado esto antes, ¿verdad? pero cuales de estas cosas haces disciplinadamente. Lo más difícil es hacer el esfuerzo para lograr estas metas, porque tal vez nuestras habilidades emocionales o los famosos “emotional jobs” no están disponibles para usarlas a nuestra conveniencia.
Pero te confieso que es ahora de hacer cambios, no podemos pasar año por año colocando metas que luego no podamos hacerlas posibles, no te mereces eso. Te mereces el logro y el regocijo de llegar al final y hasta la última alegría de cada proyecto. Aunque el precio sea caro. Y esto es el precio, la disciplina que viene de tomar acción y hacernos dueños de nuestros problemas. Un tema difícil en esta sociedad convulsa del Siglo XXI, tomar responsabilidad. Preferimos consciente e inconscientemente dar vueltas y enamorarnos de los proyectos, pero no ejecutar.
Y aquí te paso otra idea, inicia por analizar cuáles son esos hábitos que están destruyendo tu día a día, que te hace entretenerte o distraerte constantemente, y perder el tiempo y por ahí puedes identificar cosas que una a una por mes durante varias meses puedes cambiar y convertirte en una nueva persona.
El tiempo es de los pocos recursos que no se recuperan, a veces pasamos factura por la pérdida de tiempo y la desorientación en nuestras vidas. Es hora de hacer un cambio y aprovechar este nuevo año.
Aquí te paso otra estrategia, desarrolla un cuadro en el que coloques tarea por tarea de un objetivo:
¿Qué? | ¿Cómo? | ¿Cuándo? | ¿Quién? |
Este sencillo ejercicio te dará una idea clara de cómo dar seguimiento a tus metas específicas.
¡Felices Fiestas!
Disfruta y crece,
Roxanna