"Las noches -a menudo lo veo- dejan los cuerpos desconocidos en la orilla del día, como cadáveres…" (*)

El precio del transitar,

todo se disuelve, todo se deslíe, todo pasa.

Solo hay un triunfo perpetuo, la nada.

Solo hay un valor, el palpitar de la herida, la libertad, lo abierto,

El instante fugitivo, el acontecer de la llama,

Lo múltiple que se abre como la rosa del existir.

Todo está en lo múltiple de lo uno.

Todo se despliega en el logos, en lo sentido,

Todo es en ese misterio, en la palabra.

En el origen del relato descansa el misterio multiforme de ser.

 

(*) Frase inicial de la novela: "El Dios de nuestro siglo", de

Lorenzo Luengo, Seix Barral, Barcelona, 2017.