Recientemente se publicó el estudio sobre “Prácticas de crianza que promueven u obstaculizan la protección de niños, niñas y adolescentes del abuso y la violencia, así como la igualdad de género en las provincias Elías Piña, Gran Santo Domingo y La Altagracia” que realizó el Equipo Vargas de Investigación Social bajo nuestra coordinación para PLAN RD. Un estudio cuanti-cualitativo que combina la aplicación de encuestas y grupos focales a población adulta y adolescentes en las provincias señaladas.
Presentamos en este artículo un extracto del estudio en lo referido a la unidad de crianza en las comunidades-barrios.
“Las familias no son las únicas que tienen el rol de la crianza en las comunidades. Esta función se comparte con vecinos y vecinas, quienes participan en un 81% según la población adulta encuestada activamente en la corrección de conductas, (68% de adolescentes han sido corregidos por vecinos y vecinas). Vecinos y vecinas sugieren lo que se debe o no hacer con el hijo o hija, así como también en el sistema de control de la población infantil y adolescente, sobre todo las adolescentes. Esta participación de vecinos y vecinas está bañada al igual que la de los familiares cercanos de violencia física, psicológica y verbal, con legitimación de padres y madres.
“Los muchachos no se deben criar solos. Uno les dice a los vecinos, que, si están haciendo vagabundería fuetearle, si hacen cualquier cosa fuetearla. Así fue que me crie yo”.
“Yo lo veo bien que los vecinos también ayuden en la crianza de los niños, es una ayuda porque por ejemplo uno sale y el vecino se queda observando quien está alrededor de ese niño”
En esta última cita se muestra el peso que tiene el tejido social y la vecindad en el cuidado de niños, niñas y adolescentes. Es así como tanto el cuidado como la crianza se extienden desde la familia a la vecindad. Este elemento se muestra en estudios etnográficos que hemos realizado anteriormente (Vargas 1998) (Vargas 2014) y en el estudio sobre la Cohesión Social en comunidades urbano-marginales y rurales (ODH/MEPyD 2011).
El estudio de prácticas de crianza confirma lo señalado en estos estudios de que la unidad social fundamental no es la familia sino el tejido social-vecinal desde donde fluye el cuidado, la crianza, solidaridad, apoyo mediado por el uso de violencia física, verbal y psicológica. Las políticas sociales y políticas públicas no deben reducirse a la familia, porque la unidad social fundamental no es la familia sino el tejido social vecinal donde existen relaciones de compadrazgo, vecinales y familiares (la existencia de familiares que residen cerca).
Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY