Mark Twain nos señalaba con una frase asombrosa, propia de su genialidad creativa “No es lo que no sabes lo que te mete en problemas. Es lo que sabes con certeza pero no es verdad”. Esa expresión relieva en el contexto actual la manera frisada, congelada en que se mueve una parte significativa de la elite política.

Actúan con una “certeza” como si el mundo y la sociedad no evolucionaran. El predominio de sus pasiones y agendas han prevalecido por encima de los retos y desafíos que la sociedad ha querido encarnar en sus necesidades y deseos. La conexión de esa elite no ha estado sintonizada, en conexión sincrónica con el cuerpo social dominicano.

Los problemas estructurales están ahí, cercenándonos cual pincel que nos taladra y nos llena de orificios. Esa marcada posposición de no asumir los retos del momento ha ido colocando en tiempo real, necesidades de hoy con la del pretérito. Verbigracia: 26% de los dominicanos y dominicanas no tiene agua potable. 46% no tiene agua potable dentro de su casa. Los dominicanos sufren de apagones promedio diariamente por 8 horas. 50% de los adolescentes están fuera del aparato escolar; y 26 niños y niñas de cada 1000 nacidos mueren; 108 mujeres mueren de mortalidad materna por cada 100,000.

Una realidad de hoy que debió superarse hace más de 20 años. El ayer y el hoy, el pasado y el presente se entrecruzan sin exclusión y si como yuxtaposiciones creando un epígono insalvable en la dinámica de la vida social. Es en ese contexto que debemos ver todo el proceso electoral, dilatado y con una enorme sangría de los presupuestos del Estado. El camino fue tan largo como costoso: se abrió la campaña de las Primarias en julio de 2019. Por la debilidad y falta de coexistencia y de árbitros al interior del partido gobernante, llevan a cabo elecciones internas donde el árbitro fue el órgano del Estado destinado mediante la Constitución en su Artículo 209 “Asamblea electorales. Las asambleas electorales funcionarán en colegios electorales que serán organizados conforme a la ley. Los colegios electorales se abrirán cada cuatro años para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, a los representantes legislativos, a las autoridades municipales y a los demás funcionarios o representantes electivos”.

Es decir, la Junta no puede arbitrar y elegir candidatos de los partidos. Lo peor es, que al mismo tiempo que se vulnera la Constitución, el órgano electoral incurrió en gastos por RD$1,400 millones de pesos que en términos legales debieron de pagar los partidos que concurrieron en esa modalidad. Una crisis del sistema de partidos tuvo que ser asumido por la sociedad tanto en función institucional (la Junta) como en el sentido de los costos incurridos en la organización de las Primarias.

Las Primarias abiertas llevadas a cabo por el partido en el poder, lejos de fortalecer, agrietaron los signos de división al interior del PLD, que lo fracturaría y con ello, la fragmentación de partidos se agudizaría. Todo el capital institucional del otrora partido hegemónico dominante comenzaría a deslizarse hasta llegar al 5 de julio, donde el mapa electoral cambió, expresión, entre otros factores, de su declive y de su derrota.

La campaña electoral desde julio de 2019 no se detendría hasta el 5 de julio, a pesar de que eran elecciones donde cada una de ella dictaba una proclama especial, en tiempos distintos y ejecuciones por igual: Primarias, Municipales y Presidenciales y Congresuales, se conjugarían cuasi en una sola. Es el meollo de la falta de institucionalidad y de la profunda recesión electoral en que nos encontrábamos. Un retroceso y degradación institucional nos apabulla como nación.

Para febrero de 2020 nos abocábamos a elecciones Municipales, empero, fueron suspendidas el mismo día que los electores fueron a las urnas. ¡Todo ese dinero gastado se evaporó! La Junta consignaría RD$8,372 millones de pesos para las elecciones Municipales y Congresuales. El gobierno le consignaría RD$4,500 millones de pesos. La contribución económica a los partidos, agrupaciones y movimiento políticos sería RD$3,013,903,594. Cabe destacar que el contrato con DIGIWORD fue por RD$1,008 y la auditoría de Alhambra Sistemas constituyó un monto de U$566,037.73, esto es, alrededor de 29 millones en ese momento. El monto que se estima que se gastaron en las elecciones de febrero suspendidas fue de RD$3,000 millones.

Para todo el año la Junta había solicitado RD$16,540.60 millones de los cuales RD$8,163 eran para gastos operacionales de la naturaleza del órgano (empleados, Registro civil, etc.), y RD$8,377.5 para los procesos electorales de febrero y mayo. En términos institucionales, del Estado, de la sociedad, los gastos han sido enormes desde julio de 2019 a julio de 2020. Campaña electoral por espacio de un año. A continuación, anexamos dos cuadros que nos dan una cierta idea y panorámica de la enormidad de los gastos en todo el proceso electoral en República Dominicana.

Aportes a la Junta y los partidos políticos

 

Informe de gastos de los partidos políticos

Presidenciales: RD$122.50 por electores, equivale a un tope de 918 millones por candidatos. Aspiraban 6.Si le sumamos los topes en el gasto de campaña electoral, tipificado en el Artículo 204 de la Ley 15-19 del Régimen Electoral, el costo se duplicaría y con ello, nos convertimos quizás en líder en el mundo en el costo por electores, tanto desde la perspectiva institucional como del diseño de la Ley. Veamos:

  1. Congresuales: RD$105.00 pesos por electores a nivel de provincias. Hay que tomar en cuenta todos los que aspiraban, alrededor de 98 Senadores.
  2. Municipales: RD$85.50 por Alcaldes y directores de Distritos municipales: RD$43.75.
  3. Distritos municipales con más de cinco mil electores inscritos en el padrón: RD$150 por electores hábiles inscritos en el Registro electoral de la demarcación correspondiente.

¡Asombroso, apantallante! Una cruel y verdadera plutocracia. No contamos aquí el costo del Barrilito donde cada Senador recibe un peso por cada elector de su demarcación. El que menos recibe: RD$700,000 mil pesos mensuales. La provincia de Santo Domingo: RD$1, 656,596. Zygmunt Bauman y Leónidas Donskid en su libro Maldad líquida nos dicen “… el optimismo implica estar convencido de que la esperanza y las alternativas existen siempre. Creer que un pesimismo es un ser más elevado y noble que un optimista no es una simple reliquia de la sensibilidad y la visión del mundo modernas, románticas, sin algo más que eso”.

Es el drama de una realidad política bosquejada en un proceso electoral caracterizado por la abundancia de dinero en una sociedad pobre y vulnerable. Estas elecciones al tiempo que construye un nuevo mapa electoral, cristaliza una transición especial, sin retorno, donde el peso de la agenda social tendrá una dimensión poco vista en la historia política dominicana. Ensaya, por demás, una jornada donde se cierra un ciclo y se abren otros espacios hacia una democracia más participativa. Nuevas perspectivas de esperanzas renovadas. Una nueva ola de agua cristalina montado en una tabla de surf donde todos gritamos y reímos del alivio refrescante de un 5 de julio, sin el 26 de julio

Las encuestas de 23 empresas que hicieron sondeos para el mes de junio, cuatro acertaron en el marco del margen de error: GAVIDEAN, Gallup/ Hoy, IDEAME, Centro Económico del Cibao. El conteo rápido de Participación Ciudadana fue de un 100% con respecto a los 3 candidatos más votados.

En conclusión, las Primarias abiertas no deberían ser dirigidas y administradas por la Junta; el objetivo de las leyes de Partido Político y de Régimen electoral era disminuir el tiempo de campaña y los costos, debemos de hacer un esfuerzo de que los procesos electorales no sean tan costosos, donde el costo por elector ronda los 9 dólares, cuando países como Argentina, Brasil, Uruguay, Costa Rica, Panamá y Chile los mismos rondan entre 2 y 4 dólares.