En estos días se está desarrollando una soterrada, pero  tensa polémica entre los principales dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) acerca del método que habrían de utilizar para seleccionar su candidato presidencial en  las elecciones del 2016.

Dos posiciones encontradas dominan dicho debate: la propuesta de celebrar una convención  competitiva  y, de otro lado, la que plantea que se realicen tres  encuestas en la población para determinar el aspirante que tiene la mayor simpatía entre los electores.

La participación de los miembros de un partido para decidir con sus votos (convención o primaria) el candidato presidencial se va imponiendo en América Latina como un método democrático estándar.

En otras palabras, los partidos políticos no se crean para elegir candidatos, sino para ganar elecciones y colocar el poder al servicio de políticas públicas de desarrollo y bienestar

Lo antidemocrático seria que el candidato presidencial sea impuesto por el dedo dedazo de un caudillo o por un acuerdo en cuarto cerrado entre cúpulas dirigenciales.

Ahora bien, hay varios tipos de convenciones o primarias y, además, éste no ha sido el unico método valido para la selección de un candidato a la presidencia en los regímenes democráticos de América Latina.

Conviene aclarar, que la selección de un candidato, aunque constituye un momento crucial en la competencia política democrática, no es, sin embargo, el objetivo estratégico de ningún partido, sino una especie de momento táctico inevitable para conquistar el poder del Estado. En otras palabras, los partidos políticos no se crean para elegir candidatos, sino para ganar elecciones y colocar el poder al servicio de políticas públicas de desarrollo y bienestar.

En esas perspectivas, cada partido procura evitar que la selección del candidato se constituya en un problema que le impida conseguir su objetivo estratégico: el poder; es decir, que "la táctica no se trague la estrategia".

Entonces, en la actual coyuntura política dominicana, un partido político sensato, con diez años en la oposición, jamás adoptaría por su propia voluntad un método de selección que le enrede en  confrontaciones y agresiones públicas entre compañeros, para finalmente presentar un candidato débil y desgastado.

Entonces, nuestro PRM recién nacido, sin locales, sin estatutos, sin cuenta bancaria, sin padrón de miembros y sin una Comisión Política formal ¿está en condiciones de realizar en pocos meses una convención interna competitiva y aceptable para todos?

Seguiremos.