"El gobierno no es una razón, tampoco es elocuencia, es fuerza.
Opera como el fuego; es un sirviente peligroso y un amo
temible; en ningún momento se debe permitir que manos
irresponsables lo controlen".
(George Washington)
El Movimiento Verde contra LA IMPUNIDAD es un movimiento social. Un movimiento social “es un intento colectivo de promover un interés común, o de lograr un objetivo común, que se lleva a cabo principalmente por medio de acciones fuera de la esfera de las instituciones políticas formales y establecidas”.
Los movimientos sociales, en consecuencia, se constituyen en el espacio vital para los cambios sociales, para la creatividad y la innovación en un conglomerado humano, un grupo social o en una sociedad toda. Se crean hoy en día, como el puente, la vía más expedita, el catalizador más poderoso de la acción colectiva.
Surge como parte de la dinámica social, producto de las necesidades insatisfechas. Brotan, allí, donde la sociedad política no responde a las necesidades del contexto societal. Donde hay un abismo entre los partidos políticos y las necesidades de la ciudadanía. Por lo tanto, mientras más movimientos sociales surgen, es la clara dimensión de que los actores llamados a buscar soluciones no lo están haciendo.
Exigen respuestas oportunas, verídicas, eficaces a necesidades colectivas.
Un movimiento social puede ser la expresión de una acumulación de deuda social, de desprecio a la institucionalidad, objetivizado en este caso, en el latrocinio con que una parte de la partidocracia maneja, gestiona y administra los recursos públicos. Neils J. Smelser, “considero que los movimientos surgen como resultado de una tensión estructural y que se necesitan 4 elementos para que se constituyan en M. S.: Contexto social, tensión estructurada entre las expectativas y la realidad, lo que produce les genera frustración y deseo de cambio; deben generalizarse las creencias sobre las causas del deber de implicarse; y tiene que haber un acontecimiento desencadenante…” Cuando esos elementos aparecen simultáneamente, las probabilidades de movilización son amplias.
Es lo que está pasando con el Movimiento Verde. Es el grito, al mismo tiempo de frustración y esperanza. Es el quejido de la sociedad frente a tanta corrupción y la perversa IMPUNIDAD. Es la exclamación del deseo irrenunciable por una sociedad más decente. Es, a fin de cuentas, el clamor de que se lleven a la cárcel a los corruptos, sin importar jerarquía ni rango.
El Movimiento Verde por el fin de LA IMPUNIDAD es la respuesta al más execrable explosivo, al más vil torpedo, que en materia de corrupción se haya llevado a cabo en América Latina, donde la República Dominicana en término relativo (territorio, población, obras construidas) es el líder en materia de sobornos, adendas y sobrevaluación. De los 12 países que recibieron sobornos, incluyendo a Brasil, estamos por encima de la media en 33%. Cuando excluimos a Brasil sobrepasamos a los demás países con una desviación de 56% por encima del promedio.
ODEBRECHT, una empresa delincuente, que fraguó, configuró y armó la más grande alianza de corrupción en el mundo. Una alianza con PETROBAS, con bancos y con muchos Estados, a través de funcionarios y hasta con Jefes de Estado directamente. Una red donde Presidentes y expresidentes conspiraban contra la salud institucional y financiera de 12 naciones, para drenarles sus recursos públicos.
Allí, donde las debilidades institucionales, donde no existen realmente los 3 poderes del Estado y donde existe un híper presidencialismo, la empresa delincuente hizo más diabluras. Allí, donde el albañal corrió suavemente, merced a los anhelos de poder y a los vacíos existenciales que devela el cuerpo entero de la calidad y la decencia de esos actores políticos, de esos funcionarios, de esos “empresarios” sin escrúpulos, que no tienen la más mínima consideración y miramiento para la sociedad. Para ellos, todo es dable. Sus instintos no guardan la menor diferencia con el cerdo de la finca.
ODEBRECHT trajo su parto, que es su antídoto: el Movimiento Verde. ODEBRECHT es el punto culminante, de inflexión, de una cloaca que se creía eterna e imperturbable: la corrupción y LA IMPUNIDAD. Ella es la conspiradora de la sociedad, la conspiradora del Estado Dominicano. La que calibró “las debilidades” de nuestras instituciones, las codicias y avaricias de los que están involucrados con los sobornos, con las sobrevaluaciones y las adendas más allá de la Ley 340-06 y el Artículo 93 de la Constitución.
Los que conspiran sistemáticamente, son aquellos que, ora por comisión, omisión, miedo o indiferencia, saben de esta realidad tan bestial, tan brutal contra el cuerpo social dominicano. Hablan en público contra el Movimiento Verde, pero a solas reconocen de la feroz corrupción e IMPUNIDAD que nos arropa y nos destruye como sociedad. Juan Ruiz de Alarcón nos ilustra como llamarada, como la antorcha firme y erguida del Movimiento Verde, con su estrofa:
Para hacer yo lo que debo
Solo a lo que debo miro;
Ni a otros efectos aspiro,
Ni de otras causas me muevo.
El Movimiento Verde, actualmente, pasó dos de los 4 ciclos vitales por los que atraviesan los movimientos sociales: la etapa de fermento social y excitación popular. Se encuentra en la Tercera etapa: Allí “donde se crean organizaciones formales que coordinan el movimiento emergente”. Se requiere, en la Cuarta etapa: Inteligencia, sabiduría, inteligencia social y emocional, para que las batallas de los egos y el protagonismo individual no afloren más allá del interés colectivo
La Etapa de Institucionalización, determina su existencia. Requiere creatividad e innovación para revitalizar una cultura democrática, donde la transparencia sea la guía y la opacidad el monstruo que todos despreciamos.
El Movimiento Verde forma parte de los NMS (nuevos movimientos sociales), donde se incorpora la clase media y se constituyen en la dinámica y expresión de ejes transmisores, donde mensajes y mensajeros constituyen el caudal más simbólico frente a la sociedad, que eclosionan para romper con la inercia, la complicidad de la epidemia de la corrupción y LA IMPUNIDAD, que hasta hace poco tiempo eran invisibles al tejido social, aunque lo carcomía despiadadamente.
¡Los conspiradores son los ladrones y la empresa delincuente! ¡No puede existir desarrollo en una sociedad donde la mega corrupción prevalezca y LA IMPUNIDAD se regodee con su abuso de poder!