La humanidad está inmersa en la denominada Era Digital, donde los hábitos y estilos de vida se han transformado por el desarrollo constante de las tecnologías digitales e Internet. En ese contexto, las herramientas tecnológicas y el espacio virtual han suscitado nuevas formas de comunicación, de trabajar, de informarse, de divertirse, de participar y vivir en una sociedad red, afirma Castells (2006). Y según la UNESCO (2013) “El desarrollo que han alcanzado las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en la actualidad demanda de los sistemas educacionales una actualización constante de prácticas y contenidos que sean acordes a la nueva sociedad de la información”.

Algunos especialistas señalan que el aprendizaje en la era digital se caracteriza por una permanente conexión del aprendiz a este entorno. Un efecto de esta permanente conexión implica que la  educación  mediante  la  conexión  a  entornos  virtuales  ya  no  puede denominarse educación a distancia, sino que ha evolucionado a otra modalidad  denominada  aprendizaje  electrónico  o e-learning  que  se  realiza  a  distancia  a  través  de  canales  electrónicos  e  internet, principalmente.

Respecto a la psicología, las teorías sobre el aprendizaje han estado estrechamente vinculadas a los métodos pedagógicos y se explican a partir de un contexto social determinado, derivadas de experiencias propias del momento histórico. De ahí que toda práctica educativa debe sustentarse en determinada teoría psicológica. En relación a la pregunta ¿qué son las teorías psicológicas de aprendizaje?, Reigeluth (1999) señala: “las teorías del aprendizaje describen la manera en que se adquiere el conocimiento por lo que son descriptivas; también permiten entender por qué funcionan las teorías del diseño educativo o instruccional, así como que el docente se oriente, apoyado en ellas, para poder iniciar un diseño instruccional”.

Desde comienzos del siglo XX las teorías de aprendizaje más influyentes son el conductismo, el cognitivismo y el constructivismo, y aunque todavía tienen mucha influencia hay nuevos fenómenos relacionados con el aprendizaje producto del avance de las ciencias y las tecnologías que esas teorías no logran explicar convincentemente. En este sentido, indica George Siemens (2004) que  estas teorías  fueron desarrolladas en una época en la que el aprendizaje no había sido impactado por la tecnología. Pero, en los últimos años la tecnología ha reorganizado la forma en que las personas viven, se comunican y aprenden.

El conductismo y el cognitivismo ven el conocimiento como externo al aprendiz y al proceso de aprendizaje como al acto de aprehender el conocimiento. Mientras que el constructivismo asume que los aprendices no son simples recipientes vacíos para ser llenados con conocimientos. Por el contrario, ellos están intentando crear significado activamente.

El desarrollo de las tecnologías digitales y la expansión del uso de Internet han transformado el ámbito educativo. Las TICs potencian habilidades y competencias que se ejercitan principalmente en las prácticas digitales que los jóvenes llevan a cabo en contextos de aprendizaje informal, en su mayoría en espacios y tiempos de ocio, afirman Busquet-Duran et al. (2013).

El conectivismo es una teoría del conocimiento que analiza el impacto de las TICs en la sociedad actual con el fin de integrarlas en la enseñanza. Fue desarrollada por George Siemens y ampliada por Stephen Downes. Trata de describir cómo se produce el aprendizaje del ser humano en contacto con Internet y las redes sociales. Para Siemens  (2004) esta teoría de aprendizaje se contextualiza en la era digital, la cual se caracteriza por la influencia de la tecnología en el campo de la educación. Toma como base el análisis de las limitaciones del conductismo, el cognitivismo y el constructivismo para explicar el efecto que la tecnología ha tenido sobre la manera en que actualmente viven las personas. Articula su desarrollo argumental haciendo acopio de diferentes teorías, como  la de redes, la de la complejidad, la del caos y la de auto-organización. En palabras de Aguilar & Mosquera (2015), el  conectivismo  es,  por  tanto,  no  solo una  concepción  del  conocimiento  y  aprendizaje  humano  individual,  sino  también  un enfoque para entender la mentalidad colectiva de una red de personas, una comunidad o una  sociedad  en  base  a  un  mismo  principio,  la  generación  de  ecologías  de  redes  en constante cambio y desarrollo.

Varios autores coinciden al afirmar que el conectivismo sirve para interpretar y comprender los procesos asociados al aprendizaje y a la adquisición de conocimiento en el mundo actual, ligados a las tecnologías a través del e-learning. Sin embargo, consideran que sus principios no explican todas las formas de ambos procesos, ya que se encontrarían lagunas que son cubiertas por teorías anteriores, a las que el conectivismo complementa para adecuarlas al mundo tecnológico digital.

La teoría conectivista señala que el aprendizaje no solo está en las personas, también puede residir en las organizaciones, bases de datos, bibliotecas, fuentes tecnológicas o cualquier fuente de información, a las cuales denominan nodos de información especializada. De ahí que un nodo es cualquier cosa que pueda ser conectada a otro nodo como organizaciones, información, datos, sentimientos, imágenes, videos, exámenes, foros, etc. Concibe el aprendizaje como un proceso de formación de redes, como las conexiones entre dichos nodos, de manera que no es algo que se da aisladamente, por lo que resulta vital poder distinguir entre la información importante de la que no lo es, afirma Siemens (2004).

De los principios que George Siemens (2004) establece para entender el conectivismo como hipótesis educativa, se resaltan los siguientes: 1) El aprendizaje y el conocimiento dependen de la diversidad de opiniones; 2) El aprendizaje es un proceso de conectar nodos especializados o fuentes de información; 3) El conocimiento y el proceso de aprendizaje pueden residir fuera del ser humano, por ejemplo en organizaciones, bases de datos, equipos de cómputo; 4) El aprendizaje es más importante que el conocimiento;; 5) La toma de decisiones es en sí misma un proceso de aprendizaje.

Según Bates (2015), los docentes en esta era digital deben utilizar la tecnología disponible para mejorar su metodología de enseñanza y el aprendizaje de sus alumnos, ya que la tecnología ocupa un lugar central no solo en el uso de nuevas metodologías, sino también en la readaptación del papel de los docentes en las aulas. Esto quiere decir, que los docentes deben tener una adecuada preparación en el uso de las TICs, para desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje de calidad.

En cuanto al rol de estudiantes y profesores, Jaume Vila (2015) expresa que el enfoque conectivista está centrado en el estudiante y pretende que cada alumno cree una red de aprendizaje de acuerdo con sus intereses y necesidades personales. Debe definir su proceso de aprendizaje e iniciar la búsqueda del conocimiento. El aprendizaje dependerá de cómo cada uno esté conectado con los demás y de las conexiones que establezcan entre ellos. Cada alumno buscará nuevos contenidos, pero también aportará al grupo ya que para conocer hay que hacer conexiones y para aprender hay que construir redes.

El rol del profesor es de acompañante del proceso educativo. No transmite información porque no tiene el conocimiento, sino que su papel es dar a conocer las herramientas de trabajo, plantear dudas y desarrollar las capacidades necesarias para que el alumno se desarrolle en este nuevo entorno caracterizado por el caos. Otras de sus tareas son enseñar a los alumnos a construir sus redes; a sacar el máximo provecho de las oportunidades de aprendizaje; a cómo descubrir y organizar la información de forma eficiente; a guiarlos cuando no sepan que hacer; y mostrarles cuáles son las mejores formas de comunicarse y pedir ayuda.

Por último, indicar que según Islas & Delgadillo (2016), el  conectivismo es el único enfoque teórico actual que es capaz de  ofrecer  una comprensión adecuada de este tipo de aprendizaje; el resto de paradigmas teóricos tienen un  alcance  limitado  para  mostrar  la  influencia  del  mundo  digital  interconectado  sobre  la persona  que  aprende,  puesto  que  para  ellos  el  aprendizaje  siempre  es  individual  y voluntario, cualidades contrarias al aprendizaje digital en este siglo XXI.