Concluye abril, mes de la prevención contra el abuso infantil, y se cierra la campaña “Comprometidos por el Buen Trato Infantil”, un ejemplo de alianza entre una organización sin fines de lucro y una empresa en torno a un tema y sobre las acciones a emprender alrededor de este eje.
La cuestión del abuso infantil es global y las estadísticas en la materia en República Dominicana demuestran que los esfuerzos desplegados para reducir los niveles de violencia hacia la niñez no están dando todos los resultados esperados.
La prevención y la disminución de los niveles actuales de abuso infantil van a la par con la lucha contra la pobreza y la mejoría del índice de desarrollo humano. Es una tarea inpostergable, de procesos complejos, de pequeños pasos, de pequeñas victorias y, también, de vueltas atrás.
Para lograr estas pequeñas victorias indispensables para adelantar la batalla contra el flagelo del abuso infantil en los sectores más vulnerables, se necesitan alianzas de todos los sectores de la sociedad. Esto incluye, tanto las instituciones gubernamentales, tales escuelas y liceos; las comunidades, así como las empresas del sector privado que ejercen su responsabilidad social empresarial (RSE).
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la responsabilidad social de las empresas es el conjunto de acciones que estas deben toman en consideración para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad, afirmando los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos, como en su relación con los demás actores.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) colocan asuntos concretos e importantes en la agenda, más allá de la pobreza, la educación y la salud; hablan de energía, innovación, ciudades, ecosistemas, producción, paz y crecimiento económico, entre otros. Amplían el espectro de acción y procuran alianzas público-privadas para llegar a un bienestar común, el cual es más fácil de alcanzar siendo socialmente responsables, como seres humanos y como empresas.
No hace muchos años plantear el desarrollo de modelos de colaboración entre empresas y organizaciones e instituciones sin ánimo de lucro basadas en la creación compartida de valor les parecía a algunos casi un contrasentido. Hoy, sin embargo, prácticamente nadie pone en duda la necesidad de esta colaboración si queremos construir una sociedad mejor.
La RSE crea compromiso; es ser y no parecer. Es tener un rol social activo. Es asumir compromiso, diálogo sincero, coherencia y articulación a nivel interno y externo con nuevos valores, es ir pensando en el desarrollo sostenible, generando valor, es una búsqueda de renovación de la cultura empresarial.
Hoy en día, en nuestro país, se está avanzando en este terreno y muchas empresas están mostrando interés por los beneficios que la responsabilidad social empresarial ofrece.
Aún faltan muchas cosas por hacer para que la RSE sea una realidad, pero se espera que las nuevas generaciones tengan cada vez más conciencia sobre el tema y sobre la obligación de hacer un país sostenible para todos.
En el marco de las alianzas entre entidades sociales y empresas se deben construir relaciones sólidas de confianza. Para tal fin las entidades sociales deben formular propuestas con valor agregado, para que se pueda establecer un marco de colaboración mutua que vaya más allá de la simple transferencia de recursos de la empresa a la entidad.
Estas propuestas deben plantear retos, oportunidades, proyectos ilusionantes que provoquen impacto en la sociedad y que permitan a la empresa sumarse al mejoramiento colectivo de muchas maneras.
La alianza entre la Fundación Abriendo Camino e Hipermercados Olé es un ejemplo exitoso de estos pequeños pasos imprescindibles de educación, concientización, protección y sensibilización en torno a la prevención del abuso infantil; pequeños pasos que, multiplicados por alianzas público-privadas, pueden impactar positivamente en la reducción del abuso y fomentar el buen trato.
La acción innovadora realizada por estas dos instituciones ha sido muy positiva y esperamos se pueda seguir repitiendo y sea replicada por otras organizaciones. Ha llevado la Fundacion Abriendo Camino fuera de su zona de impacto abriendo las puertas de tres hipermercados en Cristo Rey, Villa Consuelo y Villa Mella, donde se han podido realizar acciones a favor de la difusión de los Derechos de la Niñez y el Buen Trato, entrando en contacto con un público que no hubiera podido alcanzar sola.
Este proyecto común ha permitido la integración y formación de 203 colaboradores de los hipermercados Olé, que recibieron formación sobre el buen trato hacia sus hijos e hijas, y pudieron aprender a desarrollar capacidades para cuidar, orientar, acompañar y proteger a niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Además de este logro, se consiguió impactar a más de 1650 familias de estas comunidades.
Estas acciones han aumentado la conciencia de padres, madres, tutores y de los niños, niñas y adolescentes acerca de sus derechos y responsabilidades, la crianza positiva y el bullying.
Desde la perspectiva del interés público, la Responsabilidad Social no es solamente una buena práctica; más que eso, tiene un valor esencial que se vincula íntimamente al fortalecimiento de la comunidad y a la construcción de país.
Es un modelo en el que una organización con fin social da su aporte especializado y sirve de nexo entre una empresa y la comunidad de impacto, dando como resultado una inversión social equitativa, productiva y sostenible. Esto forma parte del desafío de construir territorios socialmente responsables.