(Tasa de Victimización en R. D.)
La Cifra oculta de la delincuencia o Cifras negras de Victimización son los hechos delictivos que ocurren en una sociedad y que no son registrados en las estadísticas oficiales. Los sub-registros de la criminalidad y la victimización en República Dominicana son muy altos. Más del 70% de los habitantes no acuden a las instituciones oficiales cuando el delito no es grave; por eso las cifras negras de victimización o cifra oculta de la delincuencia aparentemente es baja para los aparatos coercitivos del Estado y, se sorprenden cuando son registrados en las encuestas y los apologistas del statu quo dicen que eso es percepción.
¿Qué son las Cifras negras de Victimización o Cifra oculta de la delincuencia y por qué el sub-registro es tan alto? Son aquellos delitos que no son registrados en las instituciones oficiales (Procuraduría, Policía, Fuerzas Armadas, Justicia) y que solo salen en los estudios de percepciones sociales, a través de encuestas de firmas encuestadoras o de instituciones que tienen observatorio de Seguridad Ciudadana.
Estas cifras negras de victimización o cifra oculta de la delincuencia o sub- registro o cifras subterráneas de delitos están constituida por:
- Asaltos con todas sus tipicidades.
- Robo de vivienda;
- Estafa;
- Macuteo;
- Robo de motores, pasolas;
- Agresión en riña;
- Violencia Intrafamiliar;
La gente víctima de los delitos no lo denuncian por diversas causas: miedo a los infractores; lo ven como pérdida de tiempo; no creen en las autoridades; no conocen a los delincuentes; desconfianza en la Policía; vergüenza de lo que les pasó; creen que no van a resolver nada; temen a represalias. La percepción social de la inseguridad es un hecho objetivo, pues se le pregunta si ha sido víctima de algún delito o conoce un familiar o un vecino cercano que haya sufrido, vivido ese drama social.
La Encuesta Gallup/Hoy señaló que el principal problema de la sociedad dominicana lo constituye la delincuencia en general con un 66.9%. Esto es, sin contar con los feminicidios (4.9%); violencia doméstica (3.3%0); e inseguridad ciudadana (2.0%); que corresponden en gran medida a conflictos sociales. Solo la mitad de la población se siente segura. Cuando se le pregunta a los entrevistados si conocía a alguien que ha sido víctima de algún delito en los últimos 12 meses, el 65.9% dijo que a alguien conocido, es decir, indirecta. El 33.6% correspondió a Victimización directa.
El Jefe de la Policía Manuel Castro Castillo dijo el jueves 30 de Julio “… en lo que va de año las autoridades han sometido a los tribunales 72,681 infractores de la ley, entre ellos más de 20,000 por robos y atracos, pero aun la criminalidad se mantiene como una peste en el país”. La sorpresa del Jefe policial con la Tasa de Victimización es porque la mayoría de los delitos no son registrados y, en gran medida, aparentemente no tienen fuerte impacto social. Sin embargo, cuando auscultamos, cuando profundizamos en la secuela social que los delitos “menores” generan, nos damos cuenta del drama humano-social que producen en la salud de los afectados, del miedo, la ansiedad y la angustia que sienten los que padecen los delitos. De un estrés que termina dañando emocional y psicológicamente a muchos que lo sufren. Algunos no vuelven a actuar igual socialmente, pasando a ser una carga para la familia.
Lo que ocurre es que los que dirigen los aparatos coercitivos del Estado (Justicia, Militares y Policías) creen que cuando baja la tasa de homicidios mejora el clima de seguridad, de convivencia y con ello, en el imaginario del dominicano, disminuye la criminalidad. No necesariamente existe una correlación directa entre tasa de Homicidios y tasa de Victimización.
Puede ocurrir que la tasa de homicidios sea muy alta y la tasa de victimización ser bajita, moderada. Esto se da allí donde el crimen organizado (narcotráfico, drogas, sicariato, bandas, guerras internas) tengan una fuerte incidencia en la sociedad; así como la aceleración de los conflictos sociales y el rol de la Policía como parte de la solución o parte del problema. Aquí, en la sociedad dominicana la tasa de homicidio como consecuencia de la acción policial es de un 15% con respecto a la tasa de homicidio total. Esto es, la Policía es responsable de un 15%, lo que quiere decir que eso constituye una política de Estado de las últimas administraciones del Poder Ejecutivo (Leonel – Hipólito – Leonel – Leonel – Danilo).
Puede ocurrir al mismo tiempo una tasa de victimización muy alta y la tasa de homicidios ser moderada, como se da relativamente en el cuerpo social dominicano; expresión viva de la pobreza, exclusión social, de la marginalidad y la desigualdad social, de la ausencia de movilidad social. A pesar de que somos un país de Renta Media, las políticas públicas que se generan en nuestro tejido social no conducen a una mejor distribución de la riqueza, produciéndose mayor inequidad social y al mismo tiempo, una falta de compromiso de las elites políticas que hacen aumentar la desigualdad de oportunidades vitales: salud, vivienda, agua potable, hambre, malnutrición, trabajo infantil, educación.
En nuestro país hay una estrecha relación entre la delincuencia y la exclusión social. El desempleo alcanza una tasa de 14.2%, sin embargo, en los jóvenes es de 30%. Tenemos más de 600,000 jóvenes que pertenecen a los NI – NI. Cuando miramos las estadísticas de las personas que apresan y matan, el 80% se encuentran entre las edades de 19 – 25 años. “La población que está excluida socialmente no puede alcanzar por medios legítimos la posición económica y la capacidad de consumo que se fomentan dentro de la sociedad”.
En una sociedad de consumo, donde no se estimula la ética del trabajo, donde no hay empleo y los modelados referenciales (políticos) son tan taimados y oscuros, la presión del cambio por los canales legítimos es superado por la ilegitimidad. Los valores culturales del trabajo en la sociedad dominicana hace mucho que entraron en conflicto con la realidad social. El Índice de delitos o tasa de victimización solo es dable disminuirlos a través de políticas de seguridad ciudadana, tomando en cuenta los múltiples factores que concurren; donde el soporte mayor no sea la represión (correctiva), sino una adecuada política de prevención situacional del delito (ventana rota), que aúne la criminología ambiental con la fase disuasoria de la pequeña delincuencia que genera conductas nocivas.
La cifra oculta de la delincuencia o cifras negras de victimización están destruyendo la forma de vida del dominicano y la manera de interactuación social. Están deteriorando la confianza, la nobleza que caracteriza al dominicano, la cohesión social y con ello la calidad de vida.