*   Cómo ser mujer y decepcionar a una parte de la sociedad dominicana: una guía práctica

El presente artículo expone de manera coloquial las maneras que como mujer puedes decepcionar a la sociedad dominicana. Existen algunos pasos que puedes tomar:

El primer paso es que te eduques. Estudia una carrera que tradicionalmente no estudian las mujeres como Ingeniería. Gradúate temprano y con el mejor índice. Luego, trabaja por varios años para evaluar que realmente es lo que te gusta dentro de tu campo y entonces haz una maestría fuera del país (gracias a becas y a tus ahorros) aunque tengas más de 25 años. Es probable que escuches comentarios tales como “Wow! Te vas a estudiar fuera y tienes 25 años, ¿tu novio te va a esperar o cómo lo vas a hacer?” pero no hagas caso. Luego, cuando regreses y lo único que te pregunten es “¿Y el novio dónde lo dejaste?” no te sorprendas. Y ni hablar si quieres seguir con un Doctorado “Pero que tanto es lo que estudias ¿y cuándo piensas casarte?”. Parece que el mérito académico y la superación profesional, es insignificante en relación con los cambios en tu estatus civil. O peor aún, parece que si una mujer estudia, no puede realizar cambios en su estatus civil.

El segundo paso es que seas independiente. Sí bien valoras totalmente las buenas compañías, estás bastante consciente de que la mejor compañía es la propia. Que te guste trabajar para superarte como persona. Que tu misma seas capaz de comprarte esos aretes Dior que tanto has deseado. Que te encante estar muy fit y muy dura’, para ti misma. Que quieras criar a tus hijos sin tener a 5 “nanas” asignadas para ellos. Que te guste ir al salón semanal y hacerte de todo en el pelo, porque tu lo disfrutas. Por lo anterior y contrario a las creencias, realmente no necesitas un hombre que sea “proveedor” de tus necesidades. Necesitas un compañero (si eso es lo que quieres) que te respete y complemente.

El tercer paso es que creas que casarte después de los 30 años, no es un fracaso. A pesar de que es hermoso ejecutar un plan de vida (i.e. matrimonio) con tu pareja, estás clara de que hay factores que deben estar alineados antes de dar ese paso. Además tu valor como mujer – como ser humano –está determinado por muchas cosas, pero no por tu estado civil. Por otro lado, la mayor manera de decepcionar a la sociedad es que por tus propias razones, no te quieras casar y te tilden de “frustrada”, “jamona”, “tiene un maco” entre otras. Otra manera de decepcionar a la sociedad es que te mudes con tu pareja sin haberte casado previamente. Entonces ahí te tildan de “estar muy en el mundo”, “muy liberal” y otros comentarios pasivo-agresivos. Y ni hablar de las que deciden mudarse solas y solteras, esas son “mala influencia”, “muy exigentes”, “se van a quedar solas”, “está rara”.

El cuarto paso es que te encante que las mujeres tengamos capacidad de elegir sobre nuestras propias vidas. Por ejemplo podemos elegir si continuamos con un embarazo o no; es nuestro cuerpo y estamos a favor de las 3 causales. También podemos elegir como nos peinamos. Si queremos el pelo rizo o lacio, rubio o castaño, largo o corto. Podemos elegir el tipo de método anticonceptivo que utilizamos. También, dónde queremos trabajar y nuestras expectativas salariales. Podemos elegir el tipo de pareja que queremos tener, cuando queremos formar nuestras familias y el tipo de crianza que queremos para nuestros hijos. En realidad, somos muy capaces de tomar nuestras propias decisiones.

El quinto paso es que renuncies a ser la madre ideal. Criar es un trabajo gratificante pero ultra difícil. Sin embargo, la competencia y la discriminación que sufren las madres es impactante. Mientras que los padres pasan desapercibidos. Soltar ser la madre ideal implica tener una maternidad que funcione para ti y que incluya en el cuidado del niño, a los demás familiares y profesores. It takes a village to raise a child como dicen los gringos. Además, es irónico, como otro tipo de madres, las que son solteras (y “son un gran fracaso”) son solteras porque se cansaron de cumplir con ideales ajenos a sus propios valores, o fueron víctimas de un sistema hipócrita o tuvieron el valor de salir una relación abusiva, o porque sencillamente son madres solteras y punto; deberíamos sentir compasión y respeto hacia ellas, más que pena y vergüenza.

Y el último paso es que a pesar de que no encasilles con el molde impuesto por una sociedad que está a años luz de lo que realmente puede ser, a pesar de que eres una grandísima decepción para los ideales promedios dominicanos, seas totalmente feliz y te mantienes auténtica tal como eres. Te inspiran mujeres grandes y dominicanas que probablemente en su época también tuvieron que romper moldes como Ercilia Pepín, las hermanas Mirabal, entre otras. Te inspira tu madre que se superó dignamente. Te inspira tu padre que no denigra tu libertad. Te inspira tu pareja que no se siente amenazado por tu potencial.

A las mujeres que constantemente decepcionan a la parte (lamentablemente) dominante de la cultura dominicana: las admiro, las aplaudo y les digo que no se sientan solas. Ojalá les resuene este escrito. Es necesario derrotar estos “ideales” y así transformarnos en mujeres que no denigran a otras por decisiones distintas y que reconocen que la grandeza de las personas radica en la humildad. Que saben que el mejor indicador de evolución en un ser humano es aceptar las diferencias y preferencias del otro. En mujeres que no fingen ser perfectas por cumplir con estándares primitivos.

El problema de la sociedad dominicana es que el “ideal” promedio en cuanto a la identidad y rol de la mujer es cuestionable, a falta de una mejor palabra. Es urgente revisar el capital cultural que estamos dejando a los niños. A mi particularmente, no me queda claro si este es digno de perpetuar/admirar/defender.

Aunque ese fuego es la costumbre, no se critica por criticar” dice una canción por ahí.