El brote de coronavirus está afectando emocionalmente a toda la población. No hay nadie que escape a sus efectos y daños psicológicos. La gente misma reporta sus diagnósticos: “me estoy volviendo loco”, “no duermo”, “estoy muy preocupado”, “estoy desganado”, “ lloro sin saber por qué”, “tengo ataques de ansiedad”, “no soporto el encerramiento”, “tengo muchos temores”, “no sé si pueda aguantar  esto”; “los niños no quieren comer, se hacen “pipi” en la cama”, “ tengo taquicardias”,  y otras tantas frases que manifiestan que la población está pasando por un  profundo estado de “malestar psicológico”. ¡Esta situación hay que “comprenderla” y “atenderla”. El no hacerlo podría conducirnos a un pánico general y hasta a una locura colectiva!

En este momento toda la población está experimentando sufrimientos emocionales tan impactantes como el contagio por el COVID-19 o el temor a serlo. Estamos frente a un segundo tipo de coronavirus: el coronavirus psicológico, que va de la mano con el coronavirus que enferma el cuerpo y la salud física y que genera preocupantes traumas psicológicos a nivel individual, familiar y social y que genera muchos “traumas psicológicos”. ¡Tan importante es el segundo virus como lo es el primero!

Para comprender la peligrosidad pública de “estar siendo víctimas” de  traumas a causa del COVID, definamos lo que se entiende por trauma psicológico. El trauma psicológico es como una herida en el alma, como algo que se nos rompe por dentro. Podemos describirlo como un tsunami emocional. Son acontecimientos que nos enfrentan a una amenaza psicológica o vital, con una enorme implicación emocional, de la que no podemos escapar y a la que no nos sentimos capaces de enfrentarnos. En el trauma nuestro cerebro ve sobrepasada su capacidad de procesamiento emocional.

La Organización de las Naciones Unidas, OMS, refiere que en cualquier epidemia es común que las personas se sientan estresadas y preocupadas, debido a que existe el miedo a enfermarse y morir; así como a no poder proteger a sus seres queridos. Perder medios de vida como no poder trabajar o salir a divertirse, temor a ser despedido y no poder hacer una vida cotidiana normal también puede generar sentimientos de impotencia, aburrimiento, soledad o depresión en las personas en aislamiento en el hogar en cuarentenas hospitalarias para la cura de los afectos y la prevención del contagio.

La misma OMS  refiere que en cualquier epidemia es común que las personas se sientan estresadas y preocupadas, debido a que existe el miedo a enfermarse y morir; así como a no poder proteger a sus seres queridos. "Perder medios de vida como no poder trabajar o salir a divertirse, temor a ser despedido y no poder hacer una vida cotidiana normal también puede generar sentimientos de impotencia, aburrimiento, soledad o depresión en las personas en aislamiento voluntario o forzoso”.

El psicólogo Alejandro Garduño considera que "no tener información clara sobre la situación real de la pandemia del coronavirus puede generar traumas en la población". Esto pudiera desencadenar pánico, generar angustia, miedo, ansiedad, depresión, aburrimiento, ira, frustración o irritabilidad en los individuos y en los grupos y comunidades. Prolongar la situación traumática o no prestar la debida atención puede producir una catástrofe emocional  de grandes proporciones.

Por la importancia que reviste esta situación para la salud mental de la población se hace necesario establecer una “estructura” y los debidos protocolos para reducir el impacto de los traumas psicológicos generados por el COVID-19. La estructura pudiera ser un Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Psicológicas con alcance nacional y que integre el esfuerzo de los profesionales de la salud mental con los esfuerzos de la unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública y de sectores privados y de voluntariado. ¡Todavía hay tiempo de hacerlo! Nos ofrecemos como voluntario, como nosotros hay muchos más.

Lo ideal sería crear un “Grupo mixto de Trabajo  sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial para el COVID-19. Con la intención de contribuir con la salud mental de los dominicanos presentamos aquí algunas recomendaciones para la  prevención y afrontamiento de los traumas psicológicos producidos por el COVID-19.

  1. Sigue rigurosamente las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias.
  2. Infórmate adecuadamente. Garantízate información de calidad y oficial, evitando la sobreinformación. Pero sobre todo: EVITA FOMENTAR NOTICAS FALSAS. El consumo de redes sociales se va a disparar inevitablemente y te van a llegar toda clase de mensajes.  La mejor manera de estar bien informados es atender lo que dicen las autoridades sanitarias y los expertos.
  3. Depura las informaciones antes de enviárselas a otros. Hay que ser consciente de que existen numerosas noticias falsas e informaciones inútiles que refuerzan la incertidumbre que nos llegan por WhatsApp, Facebook o Twitter. Si tienes dudas, no lo reenvíes. Evita la pandemia desinformativa. Evita la “infoxicación” (exceso de información) y las fake news sobre el coronavirus. Esto es una responsabilidad de todos.'
  4. Mantén  contactos con los demás. Aunque se hable de distanciamiento social, establece  contacto con tus amigos y familiares. Utiliza las redes sociales. ¡Juntos pero a la distancia es la mejor manera de pasar la situación! Que no pase ni un día que no hayas hablado con alguien. Además, por favor, llama a tu abuela/abuelo/mayor cercano y asegúrate que está bien y comprende la situación.
  5. Los ancianos, especialmente los que se encuentran aislados y los que padecen enfermedades cronicas, pueden sentirse más ansiosos, enfadados, estresados, agitados y retraídos durante el brote o mientras están en cuarentena. Da apoyo práctico y emocional a través de redes informales (familias) y profesionales de la salud.
  6. Ayuda a los niños a encontrar formas positivas de expresar sentimientos perturbadores como el miedo y la tristeza. Cada niño/a tiene su propia manera de expresar sus emociones. A veces, participar en una actividad creativa, como jugar, dibujar, contar cuentos,  puede facilitar este proceso. Recomendamos compartir el cuento “Rosa contra el Virus” para explicar el COVID-19 y otros virus. Se puede leer y bajar el cuento gratis en el siguiente enlace: https://www.copmadrid.org/web/publicaciones/rosa-contra-el-virus-cuento-para-explicar-a-los-ninos-y-ninas-el-coronavirus-y-otros-posibles-virus.
  7. Evita el uso de estrategias dañinas y perjudiciales, como el tabaco (incluyendo el “vapeo”), el alcohol u otras drogas. A largo plazo, estas pueden empeorar tu bienestar mental y físico. No te auto-mediques.
  8. Si estás pasando por una mala situación personal, padeces alguna enfermedad mental o tienes pensamientos suicidas, puedes recibir ayuda de tu médico de cabecera solicitar ayuda (telefónica) a un psicólogo o un psiquiatra. También puedes acudir a una persona de tu confianza, comunicarle lo que te está sucediendo y buscar la compañía de alguien que te aprecie y con quien te sientas a gusto.
  9. Aprovecha el momento.  Aunque al principio resulte raro, poco a poco puedes hacer actividades que normalmente no podrías: jugar a juegos de mesas, leer, estar con tus hijos, aprender a cocinar, limpiar el armario o desempolvar la videoconsola. ¡Con internet hay mil posibilidades!
  10. Quédate en casa. El hashtag #YoMeQuedoEnCasa ha dado la vuelta al mundo. Las redes sociales, en especial Twitter e Instagram, también se llenan de mensajes durante la crisis del coronavirus, que mantiene confinado a todo el país. El objetivo, concienciar a la población de que quedarse en casa ayuda a evitar que el Covid-19 se propague aún más.

El mejor modo de prevenir y curar  los traumas psicológicos que provoca el COVID-19, es aprender sobre la enfermedad y sobre sus riesgos y compartirlo con  personas cercanas. Si alguno de ellos sufrió gran estrés y tuvo problemas para dormir, comió en exceso o no comió, está deprimido, tuvo dificultades para funcionar normalmente en su vida diaria, anímelo a solicitar ayuda.

El psicólogo está ahí para ayudar. Para educar y consolar. Busca su ayuda por teléfono o por internet. Hagamos posible que sus servicios estén al alcance de todos. ¡Algunos días no habrá una canción en tu corazón. Canta de todos modos!