Según confidencias testimoniales, cuando algunos funcionarios y estrategas de la campaña de Danilo vio y escuchó el video preparado por el PRM la semana pasada, les temblaron las rodillas como maracas.
Y no era para menos, porque aunque el contenido del breve documental – 10 minutos – se basa en hechos profusamente difundidos por la prensa local e internacional, los comunicadores del PRM los organizaron y retocaron hasta alcanzar una pieza comunicativa fuerte y persuasiva, capaz de generar reacciones de indignación.
La fuerza del documental no radica solo en su confección técnica, sino en que las imágenes y discursos expuestos se corresponden rigurosamente con informaciones conocidas por la gente. Pero, un impacto producen los hechos sueltos, desarrollados en tiempos y lugares lejanos entre sí y otro muy diferente resulta de organizar sus crónicas, comprimirlas en diez minutos y narrarlas con inteligencia y drama.
Que Danilo visitara a Brasil en el 2012 y se reuniera con Dilma, contratara a Joao Santana, y recibiera luego en el Palacio a Lula, parecería algo normal entre líderes políticos de pueblos amigos. Pero la investigación y los escándalos con Odebretch en Brasil han hecho evidente que debajo de aquella pantomima santurrona de relaciones internacionales se forjaba una trama de tráfico de influencias y contratos cuestionables por miles de millones de dólares, con el Gobierno dominicano como pagador generoso.
¿Y porque temblaron las rodillas? Simplemente porque los escándalos de corrupción se han convertido en ciclones batateros para políticos en América Latina.
Los estrategas de Danilo Medina saben que fue la movilización anticorrupción la que llevó a la cárcel al expresidente de Guatemala Otto Molina; y al ex presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, al banquillo de la Corte Suprema; y mantienen en tablitas a Rajoy y al PP en España, mientras que en Cataluña han liquidado la carrera del veterano Jordi Pujol.
Las luchas anticorrupción ha contribuido a la caída de partidos y liderazgos políticos en Argentina, Cota Rica y Venezuela, entre otras naciones.
Nadie conoce mejor que el circulo de Danilo, que fue suficiente con filtrar detallitos de corrupción cometidos durante los gobiernos de Leonel Fernández para que se desatara la indignación de importantes nucleas de ciudadanos, dentro y fuera del país, que desmoronó la imagen de Fernández y mereció una vistosa primera plana en el Wall Street.
Más aun, Dilma Roussef, la presidenta del gran Brasil, acaba de ser remitida a juicio político del que todos pronostican saldrá destituida, también por corrupción.
Temeroso de ese fantasma, el equipo de Danilo Medina está recurriendo a la fuerza del poder para bloquear la difusión de cualquier video que explique al pueblo como opera la mecánica de la corrupción oficial dominicana; de ahí vienen esos temblores…!parecen maracas!