Gracias al coronavaina, paradójicamente, he tenido tiempo de sobra para hurgar en los detalles más significativos de la historia nacional, y de pronto he descubierto que a los más importantes demócratas y cultos civilista que han intentado gobernarnos, Ulises Francisco Espaillat y Juan Bosch (un siglo de distancia uno del otro), no les gustaba darse su jumo, odiaban la gallera, no bailaban perico ripiao ni tenían el sancocho como plato favorito. Eran, pues, lo menos parecido al dominicano promedio de su tiempo… (¡Qué casualidad: solo duraron seis meses en el poder, siendo ambos víctimas de la barbarie!).