En días pasados hemos estado viendo los resultados de las distintas encuestas que, sobre preferencias políticas, se han venido realizando, de cara a las elecciones de mayo.

Algunas de ellas dan como ganador a uno y en otras se da como ganador a otro. Lo cierto es que sea quien sea el que gane, vale la pena formularse la siguiente pregunta ¿Ganará la  población?

Tomando a Santo Domingo como ejemplo, podemos observar una ciudad moderna, entregada en cuerpo y alma a los “motoconchos”, las “yipetas”, la bachata a todo volumen y al caótico transporte público. No hay cultura de peatón ni de convivencia, y ahora menos con la delincuencia. ¿Quién se atreve a dar un paseo bajando por una avenida a las 9 pm, en una noche de eterna primavera dominicana?…poca gente… ¿Y por el Conde? …menos gente todavía.

Nos hemos recluido en los Mall, y nos hemos olvidado de la vida al aire libre. Hemos perdido la confianza de antaño y no tenemos esperanza de que volvamos a ser aquel bonito vergel del Caribe por el que la gente tenía ganas de caminar…Ay “La Zona”…cuanto la echamos de menos.

Rescatar la ciudad para el peatón

Esta cuestión, el de rescatar la ciudad para el peatón,  ha sido tema en otras grandes ciudades, que se han interesado en que su población camine sus calles, plazas y parques; viviendo el espacio municipal como propio.

Tomando a Santo Domingo como ejemplo, podemos observar una ciudad moderna, entregada en cuerpo y alma a los “motoconchos”, las “yipetas”, la bachata a todo volumen y al caótico transporte público. No hay cultura de peatón ni de convivencia

¿Por qué no recuperar el espacio de todos, pero todo el espacio? Para esta pregunta se nos pueden ocurrir varias respuestas y todas ellas complementarias. Una de las combinaciones que se nos ocurre es :  ciudad anti-peatón+ delincuencia; otra fatal combinación podría ser: autogestión + gobiernos apáticos…y así por el estilo.

¿Qué nos pasa que parece que a ninguno de los que manda les importa esto?, claro, mientras tengan sus problemas autogestionados y resueltos.

Son varios los proyectos para rescatar zonas de la ciudad, algunos de ellos muy bien planificados, otros llevados a cabo o planificados  “a la brigandina”. En las escuelas de arquitectura de nuestro país siempre le ponen por encargo, a los estudiantes,  diseñar espacios públicos para la gente…Es decir que nuestros proyectistas lo saben hacer y además muy bien.  Luego, técnicamente, y con técnicos capaces, es posible devolver la ciudad a sus ciudadanos, con espacios públicos donde se puede estar en familia y en buena convivencia.

Espacios degradados

El tema es largo, interesante y con varias aristas, pero aún así no nos gustaría cerrar estas líneas de hoy sin hacer unas pequeñas aclaraciones desde nuestro punto de vista.

Nos gustan los espacios abiertos, al aire libre, para que todos puedan disfrutarlos de día y de noche, en día de fiesta o fin de semana, e incluso al salir de la jornada laboral. Lo que no nos gusta y no compartimos,  es esa especie de improvisación de la que a veces somos víctimas y otras victimarios y que mezcla espacio residenciales con espacios públicos para la pachanga sin ningún control ni medida.

Dotar a la ciudadanía de espacios públicos, para su disfrute , debe llevar emparejado una serie de controles que garanticen la buena convivencia de todos. No se vale que unos disfruten de un parque mientras que otros no pueden dormir o ver la televisión, o simplemente estar tranquilos en sus casas.

Hemos vistos muy buenos experimentos en nuestras ciudades, y muy buena voluntad de los que llevan la cosa municipal; otras veces hemos sido testigos de un caos desagradable por demás,  debido a una falta de planificación absoluta.

Como hemos dicho, contamos con expertos en estos temas que estarían muy interesados en poder aportar sus conocimientos al respecto.

El tema hay que continuarlo, con todas sus aristas que abarcan desde la seguridad hasta la convivencia,  pasando por temas de urbanismo y/o política urbana.

Hasta la próxima.