Venezuela está en la palestra, por no decir que es en la candelá, usando un dominicanismo. El título lo tomo de un artículo de Luisa Mercado en El Tiempo, de Bogotá, pero haciéndolo interrogante. Disponible en el siguiente enlace:
Escribe Luisa Mercado: “Por cuarto año consecutivo, debido a la situación política y económica, Venezuela fue considerada el país con el peor desempeño económico en el mundo, según el Índice de Miseria de Bloomberg 2018.
El 87 % de los hogares venezolanos está en la pobreza y 8,1 % millones de los habitantes comen dos o menos comidas al día, según la última Encuesta sobre Condiciones de Vida, Encovi.”
La crisis en Venezuela tiene múltiples causas tanto sociales, como políticas y económicas. Estas son algunas de estas:
- Asistencialismo: La fiebre del populismo establecida en el corazón de una economía basada en la renta petrolera, se ha ido a pique con una hiperinflación estimada por el Fondo Monetario Internacional de un millón de por ciento anual. Siendo la primera derrota de la promesa chavista de bienestar sostenido para las masas venezolanas.
- La caída del precio de petróleo: una falta de visión estratégica, unida a la falta en inversión en el mantenimiento de la infraestructura petrolera, ha convertido a Venezuela “en la cenicienta de los productores-exportadores del mundo” con una pírrica cantidad de 100,00 barriles/día exportadas actualmente por Venezuela. Por lo tanto, al caer el precio internacional del petróleo a causa del “fracking” por EE.UU., de US$170 el barril a finales del 2017 a cerca de US$40 a mediados del 2018 y que ahora se ha situado en los US$70, ha sido mortal para la incompetente administración económica del régimen madurista.
- Inflación y devaluación del Bolívar: La limitación de generación de divisas petroleras, crea una escasez en la economía real, que produce la rica Venezuela (poseedora de la mayor reserva petrolífera mundial) y el índice inflacionario para el 2019 del 10,000%, según el mismo FMI.
- Atentar contra las instituciones democráticas: El triunfo de la oposición que la llevó al control de la Asamblea Nacional y a un precario equilibrio institucional, ya que Tribunal Supremo asumió la función del Poder Legislativo. Este diferendo ha empujado al régimen a una concentración autoritaria del poder.
- Crisis en las relaciones diplomáticas: La crisis diplomática se ha exacerbado con la elección presidencial de mayo de 2018 y la asunción en enero 2019, para identificar cómo se ha servido la mesa con la coyuntura actual.
Para los interesados. Favor de leer el texto de Luisa Mercado y su columna en El Tiempo. Por mi parte, señalo como el Gobierno Dominicano y su Cancillería han evolucionado de una cooperación para facilitar el dialogo entre el régimen madurista y la Mesa de la Unidad Democrática hacia un desconocimiento de las autoridades del Partido Socialista de Venezuela (PSV fundado por Chávez) en el seno de la Organización de Estados Americanos. ¿Tendrá el Presidente Medina o el Canciller Miguel Vargas información privilegiada de que la estrategia del aislamiento a Maduro y el reconocimiento de la línea sucesora presidencial recala en el Presidente de la Asamblea Nacional?
Mi conclusión es que los gobernantes tienen el dilema que les propone Maquiavelo: “El gobernante debe ser amado o temido por sus súbditos, pero si no es amado, es mejor ser temido.” Pesado y trágico dilema.