¿Se proponen el presidente Danilo Medina y el Procurador llegar hasta las últimas consecuencias en la investigación sobre el escándalo Odebrecht?
¿Está decidido Danilo Medina a emprender una batida radical contra la corrupción en la administración pública y liquidar el entramado de impunidad vigente?
Si se hiciera una encuesta nacional con esas preguntas la puntuación del Si, lamentablemente, sería raquítica. La mayoría de la población sigue escéptica respecto a las intenciones del gobierno y sobre hasta dónde estaría dispuesto hendir el bisturí.
Si las respuestas son principalmente negativas, entonces tendría lógica pensar que los apresamientos del pasado lunes 29 de mayo tienen tres causas principales.
Primero, que el detonador de noticias, datos e informaciones sigue en manos extranjeras, incontrolables para el Gobierno. Nadie, en la República Dominicana, tiene el más mínimo control de lo que puedan decir, cuándo y donde los poderosos Estados Unidos, por ejemplo.
Segundo, la extraordinaria movilización popular ha estremecido los cimientos del sistema político dominicano y colocado contra la pared al gobierno de Medina.
Y, tercero, Danilo Medina, en una pirueta de audacia casi suicida, intenta convertir el caso Odebrecht en una carambola política más ambiciosa que aquella de Quirino.
Una carambola para hundir más a Leonel Fernández en el PLD; reducir la potencialidad del PRM, maniatándolo en feos enredos judiciales y promoviendo rebatiñas internas. Danilo considera al PRM como su principal obstáculo para sus planes de reelección en el 2020.
Esas carambolas políticas, temerarias y desprovistas de escrúpulos, – nada convencionales en la lucha política inter-partidaria y pacifica -, tiene la pinta del estilo Joao, quien a veces parece pernoctar en algún entresuelo del Palacio de la Doctor Delgado.
Por otro lado, el gobierno procura con los apresamientos y anuncios desmovilizar al movimiento ciudadano callejero, confundiéndole con aguajes de una nueva época de justicia y revolución ética en la administración pública.
Esa carambola reeleccionista, que pretende destruir todo vestigio de oposición insobornable es la verdadera intención de Danilo.
El PRM esta consciente de que Danilo y su corte pretenden escabullirse entre las ráfagas anti corrupción valiéndose de una falsa humareda que provoca y agita su Procurador.
El PRM no se dejará confundir, y aspira a que el liderazgo popular de base tampoco.
La máxima aspiración del gobierno es que en el campo opositor – partidos políticos, organizaciones de base, gremios, juntas de vecinos y ciudadanos independientes preocupados por la situación del país – , se desate una cacería de brujas, el chisme político y la división…!un regalo a Danilo!
El adversario táctico es uno solo, los aliados son todos los que se le oponen…