Cerca del 87 % de la electricidad consumida en el país de enero a junio de este año, 2014, fue  generada a partir de combustibles importados: petróleo (41%), gas natural (29%) y carbón mineral (17%). Nuestras hidroeléctricas aportaron el 11% de la energía y el viento un 2% desde el parque de molinos eólicos en Los Cocos.

Estos números se refieren a la energía efectivamente producida y puesta en línea, no a la capacidad o potencia instalada (teórica) de cada tipo de plantas y combustible. Sabemos que por diferentes razones la capacidad eléctrica instalada no siempre entra en servicio o está disponible en su totalidad.

Los países de Centroamérica, Costa Rica, Panamá, Guatemala, Honduras,  Nicaragua y El Salvador, producen el 47.4 % de su electricidad con agua (hidroeléctricas), 8.3 % de fuentes geotérmicas, el 5% con bagazo de caña (5%) y 2 % con molinos de viento,  según datos de la CEPAL.

En resumen, nuestros vecinos del Itsmo centroamericano producen casi el 64% de su electricidad con agua y fuentes renovables, mientras que los dominicanos apenas llegamos al 13 o 15 % en ese renglón.

Esos datos revelan que décadas tras décadas, sucesivos gobiernos en Costa Rica y Panamá, por ejemplo, se emplearon a fondo para aprovechar sus naturales ventajas acuíferas – un regalo de la naturaleza – y desarrollar extraordinarias infraestructuras de presas e hidroeléctricas. Las hidroeléctricas de Costa Rica producen hasta el 68 % de la electricidad que consume su población y en Panamá el 58 %

La Republica Dominicana no tiene ese potencial hidroeléctrico, ni tampoco geotermia, y a nuestros ingenios  los convirtieron,- Leonel y el PLD-, en chatarras y bagazos de carne y hueso durante su primera ola de "civilización" (1996-2000).

Lamentablemente, la Republica Dominicana tampoco cuenta con minas de carbón mineral ni de gas natural.

De manera, que siendo realistas, la estrategia dominicana debería centrarse en asegurar suficiente abastecimiento externo de esos combustibles para nuestras plantas eléctricas en el corto y largo plazo.

El de más fácil acceso, transporte y almacenamiento es el carbón, del cual existen grandes ofertas y reservas en Estados Unidos, Colombia y Canadá, entre otros países cercanos. La comercialización mundial de carbón mineral tiene una logística y una mecánica centenarias y su compra y venta es relativamente fácil para cualquier empresa eléctrica.

La gran dificultad con el carbón es su capacidad de contaminación y que las plantas eléctricas de carbón requieren largos periodos de construcción ( 5 a 7 años, en nuestras realidades).

El gas natural, ambientalmente más limpio y menos contaminante, es, sin embargo, mucho más complicado para su acceso, transporte y almacenamiento. Hay mucho gas en el mundo, incluyendo los Estados Unidos y Sudamérica, pero para comprar gas natural en volumen y plazo suficientes para abastecer una planta eléctrica se requieren contratos de largo plazo y de un volumen de dinero al que solo algunas empresas eléctricas pueden acceder. Por esa razón, hasta la fecha, en nuestro país solo la gigante mundial AES Corporation ha logrado desarrollar varios proyectos de generación con gas natural (AES Andrés y DPP). Ni siquiera Cogentrix ha podido reconvertir su planta para usar ese combustible. Seguiremos.