La capacidad organizacional es el potencial que tiene una organización, un país para actuar y cambiar en busca de ventajas competitivas.

La capacidad organizacional nos impulsa a través de la creatividad, de la innovación, a buscar no solo la creación de nuevos productos, nuevos servicios, sino a encontrar los escenarios necesarios para encontrar la mejor articulación entre los distintos actores que convergen en el proceso.

La razón vital de las capacidades orienta y encauza al talento humano a buscar las mejores soluciones, para mantener de manera sostenible a la organización en un peldaño siempre más alto que sus competidores en algunos aspectos de la misma.

La sinergia que se construye a través de las capacidades organizacionales, pautan, guían, canalizan y potencializan los esfuerzos hacia el logro de una manera más expedita; obteniendo la eficiencia y la eficacia. La eficiencia, como diría Peter Drucker, haciendo las cosas correctamente y la eficacia, haciendo las cosas correctas.

El plus que expresa la capacidad organizacional hace que en el seno de la misma, todo el clima se energice hacia el logro de los objetivos, al tiempo que los equipos se envuelven en una fragua armónica, en una competencia con cooperación. Todo el ambiente se centra en el entusiasmo, en hacer las cosas con calidad, con excelencia. La mediocridad no encuentra ningún hueco en ningún rincón. Porque los seres humanos tienen debilidades, empero, en una organización con capacidades organizacionales, se extrae lo mejor de cada ser humano, en un abanico de motivación que dignifica como cultura lo bien hecho.

De ahí que las empresas, las organizaciones modernas, no importa su naturaleza y sus fines, aplican de manera consistente las auditorías culturales, que no es más que la audición de la cultura organizacional y de la calidad de vida en el trabajo de los miembros de la misma. De lo que se trata es de integrar, de alinear las prácticas culturales a la estrategia empresarial con el fin de obtener las mejores energías. Es asumir una visión holística y sistémica en el seno de la misma. Es el espíritu de cuerpo, condesado en lo que somos, lo que queremos ser y a donde llegar.

La capacidad organizacional trata de traducir los objetivos y las estrategias de la organización a todo el cuerpo de la misma, sincronizando los talentos y las competencias con las necesidades de la organización. Lo que se necesita y lo que se puede convergen en el seno de la organización, de la empresa, como las dos caras de la moneda. Ello nos lleva, incluso, a preveer los cambios en la composición de la fuerza laboral. La capacidad organizacional representa el equilibrio divergente entre todos los factores que interactúan en la misma para lograr el éxito competitivo.

Ello trae consigo tener una MISION, que es la razón de ser de la organización, que siempre ha de ser: clara, objetiva, inspiradora e impulsora; que guíe de manera meridiana los esfuerzos del talento humano en la organización. La misión significa “el fin, o el motivo por el que fue creada y para el que debe servir”. Ella tiene que ser internalizada, vivida por los miembros; ha de florecer en cada decisión de los actores, independientemente de la jerarquía de las personas que trabajan en ella. Representa el modus vivendi y el modus operandi de las personas. No hay nada que más desfigure a una organización que  tenga una norma X, una misión Y, que desdibuje en la práctica el contenido de lo normativo.

La VISION, como puente entre el presente y el futuro, orienta nuestros esfuerzos y nos explicita y aclara el porqué de nuestras actividades, de nuestras acciones. La Visión es el compromiso que la organización tiene con el futuro, de cómo se proyecta en el tiempo y en el espacio.

Todo ello se logra para que la organización se mantenga de manera firme y sostenible, sin atajos, con los VALORES. Los Valores como el orientador de la rectitud de nuestro destino; como el conjunto de creencias básicas que permiten cohesionar a los miembros y actuar de manera coherente, para hablar el mismo idioma en lo fundamental, en lo esencial, respetando la diversidad, pero haciendo de la organización una personalidad fuerte.

La Estrategia es lo que orienta el esfuerzo global de la organización, tomando en cuenta los diferentes entornos y las distintas dimensiones que confluyen en el seno de la misma. Ella nos guía en la pauta holística y sistémica porque entraña siempre, el cambio planeado.

En la cultura de la diversidad organizacional dominicana, son muy pocas las que viven y sueñan con su MISION, VISION y VALORES. Las más, las tienen formuladas, más como mecanismo publicitario y de snobismo que como cuerpo doctrinal que fecunda a la organización, desde una perspectiva proactiva. Cuando se asume profesionalmente, nos sirve como un mapa, con el dominio completo de los territorios.

La capacidad organizacional nos permite contribuir, coadyuva a desarrollar los hábitos para la cristalización de una organización eficiente; así como orientar al alineamiento de la organización con respecto a sus acciones y prioridades, vitalizando el trabajo con talento. Sirve como catalizador para que la organización no sufra en medio de un manto nebuloso, de presagio incierto; permeando así, la oportunidad cierta y la esperanza renovada, del trabajador del conocimiento (knowledge–worker); como fuente que aglutina y empuja hacia una mejor sociedad.