Aquí se robó a las claras y mucho. Lo hicieron con desparpajo, sin cuidar formas y procedimientos y con frecuencia sin cuidarse ellos mismos. Estaban tan convencidos de que no les iba a pasar nada. Seguirían siendo gobierno. La misma fiesta, la misma música. El PLD estaba ahí para quedarse.

¡Pero no se quedó!

Ahora toda esa gente tiene un problema. Y es un problema grande.

No se trata de que la Procuraduría los persiga como en efecto está haciendo. El Ministerio Público tiene todas las pruebas que ellos mismos dejaron por donde quiera que pasaron y por lo tanto, los abogados de la mayoría de los acusados de corrupción no saben que hacer. Sus clientes son indefendibles. LA EVIDENCIA DOCUMENTAL CONTRA ELLOS ES ABRUMADORA.

Es verdad que algunos expedientes son complejos pero la evidencia, el rastro, los documentos están ahí. Y de eso se trata. Este Ministerio Público se enfrenta a una avalancha de casos que mal contados y sin incluir los últimos llegaba a 500. Esa cantidad de casos genera una demanda de servicios extraordinaria y sin precedentes en la historia dominicana.

Si los que han sido sometidos y los otros que esperan serlo no tienen posibilidades de evadir las pruebas en su contra, ¿que esperamos que vayan a hacer? Quedarse de brazos cruzados no es una opción. Esas personas no tienen vocación de corderos ni se sienten actores de la película EL SILENCIO DE LOS INOCENTES. Cuando todas las puertas están cerradas y no hay acceso a las llaves unos se confían a la providencia y otros a la violencia. De aquí se derivan dos conclusiones importantes:

1.- Una parte de esas personas, una vez que hayan superado el primer trauma ( verse y saberse ricos pero presos) empezarán a buscar recursos, vías de escape al margen de la legalidad ante la cual han sido sometidos.

2.- Todos los presos y los amenazados harán lo humanamente posible y también un poco de lo imposible para deshacerse de Luis Abinader y,  si no pudieran, asegurarse de que nunca jamás, bajo ningún concepto, vuelva a ser presidente de la República.

Todo adversario que resulte arrinconado en un callejón sin salida, si no sucumbe a su desgracia como a todas luces muestran las fotos recientes de Danilo Medina, está obligado a luchar con todas las armas, emplear todos los recursos; se defenderá con todas las armas de que pueda echar mano, por eso es tan importante no cometer errores que le faciliten hacerse de ese armamento.