Las economías de todos los países del mundo son altamente dependientes de la globalización económica y la nuestra no escapa a esta dependencia internacional, por ejemplo, todo lo que incida en los precios de los principales commodities termina incidiendo en las economías productoras o consumidoras de estas materias primas. En la actualidad los precios internacionales del petróleo y sus derivados han experimentado un significativo descenso que incide en toda nuestra economía, pues los precios de los derivados del petróleo son parte de los costos del transporte y de la energía, indispensables para todas las actividades económicas.

En cualquier economía consumidora y altamente dependiente del petróleo, una reducción del precio representa un aliento al resultado de la balanza de pago y tiende a incidir en el régimen de precios de la economía, y el caso especial de Republica Dominicana no es la excepción, sin embargo incide en formas diferentes:

– De cara al acuerdo de Petro-Caribe y nuestra balanza de pago, la proporción que nos financia el Gobierno de Venezuela es menor en función de reducciones del precio del crudo, por lo que un menor precio no necesariamente se traduce en una reducción de nuestra factura corriente (la que tenemos que pagar en este año fiscal). Igualmente los ingresos por financiamiento de este acuerdo se reducen, representando un cambio de las expectativas y la planificación del Estado.

– Los impuestos a los hidrocarburos corresponden a un porcentaje del precio  o sea que una reducción en los precios de los derivados del petróleo genera una reducción de los ingresos del gobierno.

– En cuanto al subsidio energético, los precios de la energía se definen por la combinación del precio del dólar, precio de los combustibles, consumo de las unidades generadoras y precio de la transformación; es decir que la reducción de uno de estos factores debería tender a reducir el precio de la comercialización de la energía; pero en nuestro caso lo que se reduce es el odioso subsidio energético.

– Otro factor que tiende a compensar la reducción de los ingresos del Estado, antes explicada, es la reducción de las facturas de combustibles de todas las dependencias del Estado a nivel nacional, representando un ahorro del gasto corriente.

En sentido general, como consumidores altamente dependientes de petróleo, una reducción en el precio resulta beneficiosa para la economía dominicana en general, solo que nuestro Estado colocó sus potenciales ingresos del lado del comercio de hidrocarburos, por lo que tendrá que hacer reajustes en su planificación y presupuesto. Es probable que el gobierno permita o incida en que la tasa de cambio se deslice al alza (y creo que eso ya está aconteciendo), aprovechando la incidencia de ésta en el precio final de los combustibles, para así mantenerlos sin reducciones significativas que permitan mantener un adecuando nivel de ingresos, por impuestos a los combustibles, y aprovechando para generar un aumento de la competitividad del País, entre otros aspectos propios del aumento del tipo de cambio.

Otro aspecto que ha venido incidiendo en nuestra economía, en especial en la creación de empleo y en la generación de divisas, es el repunte de las Zonas Francas probablemente, por la pérdida de competitividad que han venido experimentando las economías de China e India en cuanto al aumento del costo de la mano de obra.  Este repunte ha permitido que en este año estemos superando las expectativas de crear cien mil empleos y esta tendencia de crecimiento nos permite pensar en que igualmente podremos superar los cien mil nuevos empleos  el próximo año 2015. Además, este aumento del empleo que incide positivamente en toda la economía, ayuda a mantener estable la macroeconomía y el clima de inversión e incluso combate con oportunidades, la acuciante delincuencia.

Quizás más importante aún es el crecimiento que ha venido experimentando el turismo dominicano, producto del cual, la economía dominicana ya cuenta con una estable ocupación turística, donde prácticamente no existe la llamada temporada baja, debido a un trabajo bien estructurado y muy bien planificado del Ministerio de Turismo, que además de la estable ocupación, garantiza a los inversionistas mejor rentabilidad, que se traducen en la potencialidad de nuevas inversiones en ese importante renglón de la economía.

Definitivamente tres de los factores que más inciden en nuestra balanza de pago, fluctuando a favor del país, representan unas claras señales de buenos augurios de las expectativas económicas del país para el venidero año 2015.