La discusión sobre el carácter innovador del currículo dominicano encontró un espacio óptimo en el Segundo Encuentro Nacional de la Red de Escuelas Asociadas a la UNESCO de la República Dominicana, celebrado los días 3 y 4 de noviembre del año en curso. En nuestra intervención sostuvimos que el curriculo es un proyecto y que por su naturaleza es flexible, abierto y susceptible de ajustes a situaciones múltiples.
Plantearnos que la reflexión sobre el currículo innovador en República Dominicana es pertinente hoy. Pero es necesario tener en cuenta que ningún currículo es innovador per se, pues necesita la visión, la acción y la pregunta permanente de la maestra y del maestro que lo genera y lo gestiona, de la institución educativa que lo desarrolla y de la sociedad que lo asume como válido. Ésta no puede obviar su responsabilidad para que el currículo responda a las necesidades sentidas en ella.
El foco de atención en esta discusión es el currículo preuniversitario de República Dominicana, el cual, desde nuestro punto de vista, presenta brechas para la innovación. Esas brechas se evidencian en:
1. La importancia que se le otorga al contexto personal-familiar-institucional-social. Esto es una oportunidad porque el contexto no solo permite situar la experiencia, sino que aporta referentes culturales, familiares, sociales, políticos y de la cotidianidad que le ofrecen a la maestra o al maestro la ocasión de revisar y de resituar la práctica personal, institucional y comunitaria para posibilitar aprendizajes con significados y que involucren a los estudiantes en la construcción de sus propios espacios y experiencias de aprendizajes.
2. El énfasis que se está poniendo en los procesos. Cuando las maestras y los maestros focalizan los procesos, las experiencias educativas son duraderas y conectan con la vida cotidiana del niño y de la niña. Se busca especialmente, que los aprendizajes cambien actitudes, movilicen las capacidades y articulen el aula con la vida de los estudiantes. Esta articulación es un vehículo natural para imaginar de forma participativa cada una de las actividades del aula y de la comunidad. Es por esto que los procesos deben primar por encima de los eventos.
3. Una nueva manera de asumir el enfoque por competencia. La atención que se le pone al desarrollo de competencias de los estudiantes, de las maestras y maestros puede convertirse en una puerta a la innovación. Importa que de la competencia se avance a las competencias para potenciar las múltiples capacidades personales y colectivas de los sujetos y de las instituciones educativas.
Asumir una perspectiva innovadora implica, también, ir más allá del enfoque de competencia y hacer que el aula se convierta en un laboratorio de ideas, de nuevos esquemas de pensamientos, de nuevas formas de pensar y de suscitar el aprendizaje de los sujetos y de las instituciones en las que trabajamos. El enfoque por competencia ha tenido un carácter instrumental históricamente pero en el diseño curricular del país se ha intentado subrayar todo aquello que refuerza la reflexión, la creatividad y la construcción compartida.
4. Las posibilidades que ofrece para que los docentes se apropien del currículo. El diseño curricular se presenta con recursos motivadores y cercanos a los maestros. Si la apropiación, la libertad y la creatividad en la gestión del curriculo avanzan aunque sea lentamente, iremos acercándonos al mundo de la innovación. Si esto no progresa y sobre todo si no forma parte sustantiva de las políticas educativas, nos alejaremos cada vez más de una práctica educativa innovadora. La innovación estará asegurada en un alto porcentaje cuando los maestros tengan una apropiación efectiva del currículo y aún más, cuando sean los protagonistas de la elaboración del mismo y no sujetos indirectos responsables de su ejecución.
5. Los mecanismos que ofrece el currículo para la construcción de conocimiento. Esta perspectiva favorece la innovación porque contribuye a que los distintos actores aporten sus conocimientos, sus experiencias y su estado de situación, lo cual enriquece los procesos de aprendizaje y permite buscar metodologías que activen el pensamiento. La construcción de conocimientos hace que estudiantes y profesores tomen conciencia de su capacidad de producción y de las alternativas que poseen para hacer que la situación de aprendizaje responda a las necesidades personales, institucionales y comunitarias.
La estructura del currículo dominicano presenta estas posibilidades para innovar pero somos conscientes de que el potencial innovador es parcial, no global. Tenemos que liberarlo del peso tan fuerte que tienen los contenidos y lo procedimental, para abrirle paso a un aprendizaje donde las distintas dimensiones del arte tienen más espacio y provocan nuevas maneras de pensar el aprendizaje; de organizar y vivir la experiencia educativa. Si buscamos ese equilibrio, se potencia la innovación. El diseño curricular del Nivel Inicial y de Educación Primaria presenta brechas que posibilitan la innovación y la implicación de la comunidad educativa.
El diseño curricular del Nivel Inicial y de Educación Primaria presentan brechas que posibilitan la innovación y la implicación de la comunidad educativa. El diseño curricular del Nivel Inicial es el que muestra más amplitud, más flexibilidad y más espacios para reinventar la práctica de los niños y de los maestros de ese Nivel. El diseño curricular del Nivel Inicial estimula la diversión; expande la imaginación y la fantasía de los niños. Además, es un diseño que los ayuda a ser más libres y creativos.
Pienso que la articulación deseada en los elementos estructurales del currículo se podrá lograr cuando un estudiante de Educación Primaria o de Secundaria no tenga que enfrentarse con 7 asignaturas o más abordadas de manera aislada de lo que ocurre en las otras.
El maestro y la maestra tienen un rol singular en el impulso y fortalecimiento de la innovación. Si tienen una formación cualificada y un funcionamiento autónomo, son capaces de transformar las carencias que encuentran en el diseño curricular y de redimensionar sus fortalezas.